En la localidad de Otero de Herreros, en la provincia de Segovia, la Junta de Castilla y León ha decidido poner en marcha el Plan de Viabilidad Invernal, el cual abarca desde el mes de noviembre hasta abril. Este plan incluye un aumento en la cantidad de sensores de calzada diseñados para medir los parámetros invernales en el asfalto, y para esta temporada, el número total del personal destinado a la campaña se eleva a 479 individuos, resaltando así el compromiso de la administración con la seguridad vial.
El anuncio fue realizado por el consejero de Movilidad y Transformación Digital, José Luis Sanz Merino, quien eligió una de las estaciones equipadas con medidores climatológicos y silos de acopio de fundentes para dar a conocer el plan. Esta elección de escenario no es anodina; subraya la relevancia que el gobierno regional otorga a la adecuación de las infraestructuras para enfrentar las adversidades que trae el invierno.
Sanz Merino destacó la particularidad geográfica de Castilla y León, que tiene una altitud media superior a los 800 metros. Esta características hace que la región esté constantemente expuesta a riesgos invernales, lo que obliga a organizar un despliegue estratégico para garantizar la seguridad de los ciudadanos y mitigar las situaciones peligrosas relacionadas con la nieve y el hielo en las carreteras.
La Dirección General de Carreteras e Infraestructuras ha respondido a esta realidad aumentando la plantilla de profesionales que trabajan en la campaña invernal, con un total de 479 personas en toda la región. Esta fuerza laboral contará con 130 silos para almacenar fundentes, como la sal, con capacidad de almacenar hasta 15.000 toneladas. Además, se ha dispuesto de un total de 148 máquinas quitanieves, lo que refleja una respuesta robusta a la inclemencia del clima.
El consejero ha hecho hincapié en la importancia de la plataforma Territorio Rural Inteligente, que permite la monitorización de numerosos sensores instalados en los puntos de almacenamiento de sal y en las áreas más críticas de la red viaria autonómica. Este tipo de tecnología es crucial para la correcta gestión de los recursos y para anticiparse a las inclemencias del tiempo.
En total, Castilla y León cuenta con 94 sensores de llenado volumétrico en los silos, los cuales están conectados en tiempo real a la central de Carreteras. A la vez, existen 33 estaciones que incluyen medidores con sensores en la calzada. Esta infraestructura tecnológica no solo mejora la eficiencia del servicio de quitanieves y de la gestión de la sal, sino que también contribuye a asegurar que las carreteras permanezcan transitables durante los meses más duros del invierno.
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