Su compañero de banquillo ahora había pactado un par de años y un día que asimismo recopila el fallo de la Audiencia Provincial

VALLADOLID, 17 Oct.

La Audiencia de Valladolid ha culpado a siete años de prisión por delito de tráfico de drogas a Rodrigo F.Q, el hombre a quien la policía intervino en el mes de agosto de 2020 en su casa sustancia por un valor de 132.000 euros y que en el juicio adujo que no era suya sino se limitaba a custodiarla, bajo amenaza, por encargo de un tercero cuyo nombre rechazó revelar.

La condena es inferior a los once años de prisión--nueve por tráfico de drogas y 2 por tenencia ilegal de armas--que globalmente había pedido para él la acusación pública, en tanto que el tribunal le impone siete años por delito contra la salud pública, con la atenuante de drogadicción y la agravante de reincidencia, pero, por el contrario, le exculpa del segundo de los delitos tras avisar de que la policía solo se encontraba autorizada para un registro en pos de substancias, no de armas, según detallaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Además de la pena a Rodrigo, que incluye una multa de 300.000 euros, la salón ha culpado a su compañero de banquillo, David D.C, a un par de años y un día de prisión y 2.500 euros de multa, así como éste ahora había pactado antes con el fiscal del caso, en vez de los seis años y los 6.500 euros a los que se exponía en un inicio.

Aunque el día de la detención, el 5 de agosto de 2020 Rodrigo mantuvo la versión del autoconsumo para justificar frente a los policías el alijo de 1.847 gramos de anfetamina, los 1.019 gramos de MDMA, los 1.358 de ketamina y los 0,48 de cocaína que la policía descubrió en su piso, en la calle Industrias, al lado de la Circular, a lo largo del juicio alteró su declaración para garantizar que la integridad de la mercancía y una pistola Browining con su munición se las se encontraba guardando a alguien, bajo amenaza, cuyo nombre ha declinado revelar por temor a represalias.

Agentes de la Policía Nacional que formaron parte de su detención y en la del otro culpado explicaron que llevaban tres o 4 meses estudiando a Rodrigo por su presunta implicación en el tráfico de drogas, supones surgidas desde una operación previo llamada 'Drache' cuyo juicio se festeja estos días.

Montado el oportuno sistema de vigilancias frente a la vivienda del sospechoso, la primera de ellas el 16 de abril de 2020, los gobernantes actuantes lograron ver un considerable trasiego de personas que asistían al inmueble, varios de ellos traficantes asimismo, quienes efectuaban movimientos "sospechosos" tanto momentos antes de ingresar como solamente salir, principalmente una actitud vigilante del ambiente para cerciorarse de que no eran seguidos.

En una de estas esperas, el dispositivo encontró el 4 de agosto la llegada del segundo de los imputados, David D.C, a quien prosiguió hasta el estacionamiento de su hogar y una vez allí le detuvieron en posesión de 103 pastillas de MDMA, con un peso de prácticamente 39 gramos, y otros 20 de ketamina, todo ello por un valor de 2.593 euros, que escondía bajo el reposabrazos de la consola central del turismo.

No fue hasta el día después en el momento en que la policía procedió al registro del hogar de Rodrigo, donde se incautó de diferentes proporciones de substancias, entre anfetamina, MDMA, ketamina y cocaína, sustancia que entonces mencionó que eran para consumo propio y en este momento que no eran de su propiedad sino se limitaba a esconderla tras ser amenazado a ello bajo graves amenazas.

"¡En el momento en que mencionó que era para su consumo nos entró la risa pues con lo que guardaba en el hogar tenía para múltiples años!", señaló entre los gobernantes que participó en el registro del inmueble en el que la substancia requisada alcanzó un valor mayor a los 132.000 euros.