En Valladolid, el trabajo artesano de confección y realización de los hábitos cofrades, símbolo y tradición de la Semana Santa, es indispensable y requiere de mucho cuidado. Este trabajo se concentra en los dos meses previos a la conmemoración de la Pasión de Cristo y lamentablemente cada vez hay menos profesionales dedicados a esta labor.

Un ejemplo de esto es el sastre, modista y florista vallisoletano Jorge Ramírez, quien lleva más de diez años elaborando los hábitos para diferentes cofradías de la ciudad, incluyendo La Piedad, Jesús Nazareno y la Vera Cruz, entre otras.

El proceso de elaboración de los hábitos cofrades se intensifica en los dos meses previos a la Semana Santa, y Ramírez explica que este año ha habido un cambio en la tendencia, con cofrades contactándolo mucho antes de lo habitual.

En su taller, Ramírez trabaja con distintos tejidos característicos de cada hermandad, como terciopelo morado y amarillo para los encapuchados del Nazareno. Dedica horas a bordar los detalles de cada hábito y afirma que es un proceso que requiere especialización.

Jorge Ramírez complementa su trabajo de confección de hábitos con el negocio de una floristería, ya que la demanda es estacional y no sería viable sustentarse exclusivamente de esta labor. Destaca la importancia de fomentar y cuidar la confección de hábitos cofrades, así como otros aspectos del mundo cofrade en Valladolid.

Por otro lado, Jesús Muñumer, propietario de un establecimiento que elabora hábitos cofrades, también destaca la necesidad de combinar esta labor con otros trabajos, como la confección de trajes regionales y de folklore. En su negocio, se dedican a elaborar entre 20 y 40 hábitos de cara a la Semana Santa, y destaca la presencia de jóvenes y niños en las cofradías.

En definitiva, tanto Ramírez como Muñumer coinciden en la importancia de mantener viva la tradición de la confección de hábitos cofrades, a pesar de los desafíos que enfrentan debido a la escasez de profesionales y a la naturaleza estacional de este trabajo.