En el contexto de la situación judicial que enfrenta el exprocurador socialista Ángel Hernández, la Fiscalía de Soria ha demandado una condena de tres años y nueve meses de cárcel. Esta solicitud se basa en la acusación de cinco delitos, de los cuales dos se corresponden con la violencia de género, específicamente por coacciones y maltrato hacia su expareja sentimental.

Las acusaciones se centran en un incidente ocurrido el 5 de febrero de 2024, en el cual Hernández, que en ese momento ostentaba el cargo de secretario general del Grupo Socialista en las Cortes, fue detenido por supuestamente amenazar a su pareja, que es agente de la Policía Nacional, además de causar disturbios en su hogar en Soria.

El exviceportavoz del Grupo Socialista en las Cortes, también conocido por ser el número 3 del secretario regional del PSOE, está enfrentando múltiples cargos. Además de la violencia sobre la mujer, se le imputa un delito de vejaciones injustas, otro de atentado contra agentes de la autoridad y dos delitos leves de lesiones, derivados de agresiones a la policía durante su detención. Esta información ha sido divulgada por el Heraldo-Diario de Soria y otros medios como Europa Press.

En términos de responsabilidad civil, la Fiscalía ha demandado que se le compense a los agentes involucrados en el caso con una indemnización que asciende a 2.560 euros en uno de los incidentes y 120 euros en otro. Esta medida se ha justificado tras el enfrentamiento verbal y físico que tuvo lugar, donde Hernández supuestamente gritaba: "¡no sabéis lo que estáis haciendo! Soy aforado, no me podéis detener!".

Después de los hechos, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Soria, que se encarga de casos relacionados con violencia de género y familia, decidió concederle la libertad provisional a Hernández, aunque sujeto a condiciones restrictivas. Entre estas, se incluye la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de su pareja y de comunicarse con ella.

A pesar de la gravedad de los incidentes, la mujer involucrada, que se encontraba dentro de la vivienda durante la alteración provocada por su expareja, no presentó una denuncia formal sobre lo ocurrido, lo cual añade un matiz a este complicado caso judicial.

De acuerdo con las denuncias recibidas, Hernández trató de forzar la entrada a la vivienda de su pareja, exigiendo su atención de manera violenta y ofensiva, con expresiones como "¡ábreme la puerta zorra!", lo que refuerza la naturaleza preocupante de su comportamiento en el momento del altercado.