Desde que asumió la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez ha enfrentado serios desafíos, y su reacción más reciente tras la devastadora DANA que ha golpeado varias comunidades autónomas ha suscitado críticas contundentes. El expresidente Felipe González, en un evento celebrado en Valladolid, no ocultó su descontento con el actual mandatario, afirmando: “¡Yo no habría dicho que me pidan lo que necesiten, no lo habría dicho!” Esta declaración refleja su preocupación por cómo se ha manejado la tragedia que es causante de la pérdida de 217 vidas.

Felipe González, quien se desempeñó como presidente durante una notable etapa de trece años y medio, aprovechó su intervención en un encuentro organizado por el diario El Norte de Castilla para criticar la forma en que Sánchez ha abordado esta "tragedia inenarrable". González cuestionó la postura del Ejecutivo actual, sugiriendo que debe ser el Gobierno central quien tome la iniciativa y ofrezca la ayuda necesaria, en lugar de esperar a que las comunidades autónomas lo soliciten.

Rememorando su experiencia en 1982, González relató cómo, al asumir el mando del país, se enfrentó a una situación similar tras una riada en Bilbao. En esa ocasión, no dudó en movilizar a las Fuerzas Armadas desde Burgos a la capital vizcaína tan sólo veinticuatro horas después de que ocurriera la catástrofe. Esta acción fue, según él, el ejercicio del liderazgo que se espera de un jefe de Gobierno en momentos críticos.

“El Estado español se articula en un poder central que no se centrifuga”, subrayó, enfatizando la importancia de que el Gobierno central asuma el rol de coordinación ante crisis de tal magnitud. Recordó que, en el contexto de la tragedia de 1982, se comunicó con el lehendakari Carlos Garaikoetxea para ofrecer liderar el operativo de asistencia, aunque el presidente vasco prefirió que el mando recayera en la Administración central.

Al día siguiente de la riada, González destacó la rapidez con la que el Ejército implantó tiendas y cocinas de campaña para atender a los afectados, afirmando que no había otra manera de proporcionar ayuda en esos momentos de emergencia. Esta actitud contrastaría, según él, con la forma de actuar del actual Gobierno, que parece carecer de la misma prontitud y determinación.

González hizo un llamado a la calma, instando a Sánchez, al líder del PP Alberto Núñez Feijóo, y a las comunidades autónomas a sentarse y elaborar un plan coordinado para enfrentar la situación, recordando que el Gobierno central debe ser el protagonista en este tipo de crisis. Además, reconoció que las decisiones se han tomado con retraso y abogó por recurrir a Fondos Europeos para mitigar los efectos de la tragedia.

En su intervención, el expresidente también opinó sobre los incidentes ocurridos en Paiporta durante una visita real, describiéndolos como “agresiones intolerables”. Aunque no se atribuyó la responsabilidad de estos actos a grupos de la extrema derecha, insistió en que será la investigación judicial la que determine los culpables.