La Audiencia de León ha emitido una condena ejemplar de 25 años y medio de prisión para un hombre de 31 años que cometió el terrible acto de asesinar a puñaladas a su pareja en Mansilla de las Mulas, León, en abril de 2021.
Según las fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, el Jurado encontró al acusado culpable de los delitos de asesinato alevoso, allanamiento de morada, maltrato habitual en el ámbito de la violencia contra la mujer y daños.
Además de la condena de prisión, el hombre también deberá pagar una indemnización de casi 130.000 euros a los familiares de la víctima y se le prohíbe acercarse a menos de 500 metros de su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro lugar donde se encuentren durante un período de 27 años.
La sentencia establece que el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima durante al menos ocho meses, conviviendo juntos en el domicilio de ella que pertenecía a su padre.
En diciembre de 2020, el hombre causó destrozos en el domicilio de Paula, fracturando el cristal de la puerta del portal y golpeando puertas, un ordenador y un teléfono. Aunque no se denunciaron los daños, el condenado reparó y pagó los gastos correspondientes.
En febrero de 2021, la pareja rompió brevemente debido a que el acusado envió fotos y conversaciones personales a un exnovio de Paula. Sin embargo, retomaron el contacto, pero volvieron a romper a finales de marzo.
Según la sentencia, el hombre mantenía un comportamiento agresivo, celoso, posesivo y dominante durante la relación, creando un ambiente de violencia física y psíquica que afectó a la víctima emocionalmente.
En abril de 2021, el acusado, movido por el sentimiento de posesión, se dirigió al domicilio de la víctima en Mansilla con la intención de sorprenderla con otro hombre. Rompió el cristal de la puerta del portal y la puerta de entrada para entrar a la vivienda sin permiso.
Tras una discusión y un forcejeo, el hombre golpeó a la víctima en la cabeza y luego regresó con un cuchillo de 20 centímetros que había cogido de la cocina. Asestó tres puñaladas en la espalda de forma súbita, sin importarle el resultado letal.
Después de cometer el asesinato, el condenado abandonó la vivienda, pero volvió una tercera vez para comprobar que Paula yacía sin vida en el suelo antes de abandonar definitivamente el lugar.
El acusado fue detenido esa misma madrugada y se le decretó prisión provisional sin fianza al día siguiente.
Anteriormente, en 2016, el hombre había sido condenado por un delito de coacciones en el ámbito familiar, aunque no había recibido pena de prisión.
La sentencia no es definitiva y se puede apelar ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.