Un impresionante regreso a la naturaleza se ha vivido en León con el osezno Barniedo, quien ha sido liberado tras un cuadro médico muy positivo después de haber recibido atención especializada en diversos centros. Este ejemplar fue encontrado herido a finales de julio en Barniedo de la Reina debido a las secuelas de unos incendios devastadores que asolaron la región. Afortunadamente, tras tres meses de cuidados intensivos, el osezno ha recuperado su salud y ha podido retornar a su entorno natural, donde se le vio en "muy buen estado".

El proceso de recuperación del joven oso tuvo lugar en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid y en un centro de aclimatación de la Junta de Castilla y León en Valsemana. Como medida de prevención, las autoridades decidieron liberarlo en una zona cercana a donde fue encontrado, exactamente en un robledal rico en bellotas, asegurando así la disponibilidad de alimento para los próximos meses, tal como se asentó en un comunicado de la Junta recogido por Europa Press.

Un equipo técnico y veterinario de la Junta fue el encargado de llevar a cabo esta liberación, apoyados por veterinarios del Principado de Asturias, quienes compartieron sus conocimientos en este esfuerzo colaborativo. La ejecución de la liberación involucró no solo a técnicos de la Junta, sino también a agentes medioambientales y miembros de la Patrulla Oso de la Fundación Patrimonio Natural, quienes garantizaron que el manejo y el transporte del osezno se realizaran de forma adecuada.

El osezno Barniedo, que padecía quemaduras en la zona donde fue rescatado, pudo entrar en una habitación de aproximadamente 25 metros cuadrados la noche anterior a su liberación. Esta estancia le permitió alimentarse adecuadamente antes de ser sedado cuidadosamente mediante cerbatana para su traslado, donde veterinarios evaluaron su estado general de salud. Durante su revisión, se le extrajeron muestras de sangre y pelo para estudiar su genética.

Los resultados revelaron una notable recuperación: su peso había aumentado de seis a casi 30 kilos y sus garras estaban en proceso de curación. Las plantas de sus patas, que habían sido severamente dañadas, se habían recuperado por completo. En condiciones óptimas de salud, Barniedo estaba listo para su reintegración a la naturaleza.

Un aspecto clave del regreso de Barniedo a la vida salvaje fue la implementación de un doble sistema de localización. Un emisor de GPS fue instalado en su espalda, con la expectativa de que funcionara hasta el verano, y otro emisor por radiofrecuencia, que podría emitir señales durante cinco o seis años. Este seguimiento permitirá a los agentes medioambientales monitorizar sus movimientos y hábitos de alimentación a lo largo de las estaciones.

La Junta enfatizó la importancia de liberar al osezno en un entorno familiar para él, ya que lo ayudaría a adaptarse más rápidamente a su nuevo hogar. Antes de ser liberado, Barniedo fue transportado en una trampa 'Culvert', monitorizado por una cámara y acompañado por veteranos veterinarios para garantizar su bienestar.

Al abrirse la puerta de su transporte, el osezno no dudó en correr velozmente entre los robles, un comportamiento que fue observado y registrado por los trabajadores de la Junta. Tras un seguimiento inicial de un día y medio, se constató que Barniedo ha logrado desplazarse con facilidad por una amplia área, lo que probablemente indica su proceso de familiarización con el territorio.

El director veterinario del CRAS de Valladolid, Álvaro Soto, comentó sobre el futuro de Barniedo, sugiriendo que su probable abundancia de alimento podría evitar que necesite hibernar, lo que sería una adaptación positiva a su entorno. Este caso comenzó gracias a la alerta proporcionada por los vecinos, quienes observaron al osezno cojeando, lo que llevó a los agentes de la Patrulla Oso a iniciar la misión de rescate. Después de su recuperación en el CRAS, donde recibió tratamiento y cuidados, Barniedo ha mostrado una notable resiliencia y potencial para adaptarse a la vida silvestre una vez más.