En Castilla y León, el Colegio Oficial de Psicología ha pedido políticas y programas efectivos para prevenir el suicidio, con el objetivo de reducir los aproximadamente 200 suicidios anuales en la región.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el decano del Copcyl, Jaime Gutiérrez, ha destacado que quienes deciden suicidarse buscan terminar con el sufrimiento, no con la vida, subrayando la importancia de identificar las señales de riesgo a tiempo.
Según datos del INE de 2023, en Castilla y León se produjeron 194 suicidios, con el 72% de ellos cometidos por hombres y el 28% por mujeres. A nivel nacional, se estiman casi 4.000 suicidios al año, con unos 8.000 intentos fallidos, señala el Copcyl.
Los psicólogos han alertado sobre la estabilidad de las cifras de suicidio durante la última década en la región, con un total de 2.228 muertes por esta causa desde 2014, con una media de 222 al año.
Por edades, los grupos de 50 a 59 y de 70 a 79 años concentran la mayor cantidad de casos de suicidio en Castilla y León, siendo más frecuentes en hombres que en mujeres en todas las franjas de edad, excepto en menores de 15 años.
En este contexto, el vicedecano del Copcyl, Jesús de Blas, ha lamentado la falta de una Ley Nacional de Prevención del Suicidio, subrayando la importancia de establecer estrategias de prevención y aumentar los recursos en salud mental para evitar más pérdidas de vidas.
Los psicólogos han enfatizado la necesidad de detectar signos de riesgo de suicidio, como cambios en el comportamiento, expresiones de desesperanza o soledad, y la retirada de actividades sociales, con el objetivo de intervenir a tiempo y brindar el apoyo necesario.
El Copcyl ha creado un decálogo con señales de alerta que pueden indicar un riesgo de suicidio, haciendo hincapié en la importancia de mantener una red de apoyo social y confianza para evitar el aislamiento y brindar la ayuda adecuada a quienes lo necesitan.
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