• domingo 2 de abril del 2023

Supremo anula condena al "Richar" por tentativa de homicidio sobre un vecino de Medina del Campo (Valladolid)

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Había sido culpado a tres años como cómplice del delito presuntamente cometido por su padre, que prosigue prófugo de la Justicia

VALLADOLID, 18 Mar.

El Tribunal Supremo ha absuelto del delito cómplice de un delito de tentativa de homicidio al vecino de Medina del Campo (Valladolid) Ricardo B.G, "el Richar", por hechos sucedidos en la madrugada del 6 de septiembre de 2013, en el momento en que en teoría asistió al hogar del asimismo convecino Diego F.L. a quien el padre del en este momento absuelto, en sitio desconocido desde ese momento, descerrajó un tiro de escopeta que le dejó completamente ciego.

Las sentencia del Alto Tribunal se genera una vez que ahora en el último mes del año de 2020 anulara la condena de tres años de prisión dictada en el último mes del año de 2018 por la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid y ordenara dictar una exclusiva, motivando exactamente la misma, al comprender que se había vulnerado el derecho a la tutela judicial eficaz y de presunción de inocencia.

El segundo fallo, asimismo condenatorio de la Audiencia Provincial de fecha 21 de enero de 2021, fue recurrido por segunda vez frente al Supremo y en este momento el Alto Tribunal ha dictado sentencia absolutoria para "el Richar" tras deducir el recurso anunciado por el letrado Francisco Gómez Llorente, quien, en afirmaciones a Europa Press, expresó su "satisfacción" tras revisar que la resolución recopila los razonamientos expuestos en su día por esta defensa.

La sentencia en este momento anulada halló a Ricardo B.G. cómplice de un delito de tentativa de homicidio, con la agravante genérica de abuso de superioridad, la atenuante analógica de arrebato y la atenuante ordinaria de dilaciones incorrectas, y, aparte de tres años de prisión, le impuso la prohibición de arrimarse al residencia o rincón de trabajo de la víctima en un radio de 500 metros o estar comunicado con ella por cualquier medio, todo ello a lo largo de diez años desde que el fallo adquiera solidez.

En término de compromiso civil, el culpado R.G. debía indemnizar a Diego F.L. en la suma de 526.557,1 euros, consecuencia de
las lesiones sufridas por éste (800 7.380), consecuencias
(251.861,8), perjuicio estético esencial (46.515,3 ), daños complementarios (70.000) y también incapacidad persistente absoluta (150.000), cantidad que producirá el pertinente interés legal.

Por contra, su hermano Juan Manuel, el "Sueco", quedó absuelto de los cargos que se le imputaban en tanto que, a juzgar por la prueba practicada, "no consta bastante acreditada la participación del acusado en los actos descritos", por eso se le coloque el principio 'in dubio pro reo" pro reo.

Fiscalía había pedido para todos los hermanos una condena de ocho años de privación de independencia por tentativa de asesinato, un año menos de la solicitud inicial puesto que en su informe final decidió sacar contra los dos el delito de tenencia ilegal de armas por el que solicitaba un año a mayores, mientras que, en término de compromiso civil, había entusiasmado el pago de indemnizaciones de 526.535 euros.

El juicio se festejó en sepa del supuesto creador de los tiros, Francisco B, prófugo de la Justicia desde el día de los hechos, pero con la existencia de sus 2 hijos, Ricardo y Juan Manuel, mucho más populares como "el Richar" y "el Sueco", este último por sus inconvenientes de audición, quienes sostuvieron que aquella noche, en plenas fiestas de Medina, tuvieron un hecho previo con 'Dieguito', entre los hijos del tiroteado y otros 2 familiares mucho más, específicamente con su hermano Rodrigo y el hijo de éste, Sansón.

Explicaron que la refriega inicial se causó pues Rodrigo y Sansón han comenzado a impactar con crueldad su coche de choque contra el que conducía Juan Manuel, lo que derivó en una riña donde éste recibió un puñetazo en una ceja y un cachavazo en la cabeza. A la riña se sumó Ricardo en defensa de su hermano, hasta el momento en que, como de esta forma reconocen los acusados, asistió Diego F.L. para dividir a los contricantes.

Aunque el fiscal comprendía demostrado que los 2 hermanos se dirigieron a posteriori a casa de su padre, Francisco, para contarle la afrenta sufrida y después los tres, el progenitor armado con una escopeta y sus descendientes proveídos de armas blancas, se trasladaron hasta la vivienda de Diego F.L, en la calle Padre Hoyos de Medina, para tomarse la venganza, los 2 acusados porfiaron en que, ensangrentados gracias a los golpes recibidos en la feria, asistieron a casa de una abuela y después a la de su tío Manuel, el "Tolo", donde fueron curados de sus lesiones.

Al día después sostuvieron que un familiar les llevó a Palencia y después a Madrid, donde Juan Manuel se quedó con unos familiares, mientras que Ricardo continuó camino hasta Valencia. Los 2 hermanos aseguraron que fueron atendidos de sus lesiones en diferentes centros hospitalarios de la ciudad más importante madrileña y Valencia, sin que en instante alguno se presentasen la noche de coches con su padre en el ámbito del tiroteo para tomarse la revancha.

Las mayores contradicciones llegaron de la una parte del tiroteado y su familia, en el sentido de que no se pusieron en concordancia sobre el orden de los 2 tiros realizados aquella noche y, más que nada, sobre si Juan Manuel ("el Sueco") estuvo o no en el ámbito de los tiros, situación tenida presente por el tribunal en el momento de absolver al aludido.

Así, Diego F.L, quien está ciego desde aquella noche, recordó que debió asistir a los coches de choque para poner orden y dividir a los contricantes, y ahora entonces en el hogar afirma que oyó los pitidos de un vehículo y al irse de su casa se halló de frente con Francisco B. y "el Richar", el primero con una escopeta apuntándole y con chillidos del siguiente tenor: "Salir, salir, hijos puta, a conocer si tenéis huevos, que les mataremos!".

"¡Para, para, que son cosas de chicos!", sostuvo que espetó al portador de la escopeta segundos antes que éste le pegase un tiro en la cara y el tórax y realizara un segundo tiro que piensa que iba dirigido a su mujer, que había salido asimismo a la calle y a la que empujó dentro para eludir que fuera alcanzada.

El lesionado relató que si bien él solo ha podido ver a Francisco y su hijo Ricardo, su mujer le contó después que en un rincón estaba el "Tolo" armado con una escopeta y que el otro acusado, Juan Manuel, les aguardaba en las cercanías dentro de un turismo colorado.

Para añadir aún mucho más confusión, la mujer de la víctima, Rosalía, quien hace cinco años declaró que hubo un primer tiro al aire y un segundo que impactó de lleno en su marido, cambió la versión en el juicio y aseguró que el primer tiro fue para su pareja y el próximo para ella o sus hijos, que miraban por la ventana.

Pero la mayor contradicción radica en que no la mujer fue con la capacidad de situar a Juan Manuel en el ámbito de los tiros, y esto más allá de que su marido sostuviera que su pareja creyó verlo en un vehículo colorado.

La declarante se sostuvo estable en que vio a la perfección a Francisco blandiendo y usando la escopeta, a su hijo Ricardo a su lado con una suerte de hoz en la mano izquierda y a un hermano del primero, "Tolo", con una escopeta en otra esquina, pero no fue capaz en este momento de situar allí a Juan Manuel. "No sé si se encontraba o no se encontraba", señaló.

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