
En un contexto alarmante, la situación de incendios forestales en Castilla y León ha alcanzado un punto crítico, con un total de 20 fuegos activos que están poniendo a prueba la resiliencia de la comunidad. Carlos Fernández Carriedo, portavoz de la Junta, ha expresado su preocupación al afirmar que el impacto de estos incidentes será "muy intenso y especialmente grave", advirtiendo que se avecinan "momentos de extraordinaria dificultad".
La jornada del lunes ha visto la evacuación de 5.300 personas en 76 localidades, formando parte de un panorama más amplio donde, en las últimas semanas, se han contado 140 poblaciones evacuadas debido a la ola de calor extremo que azota la región. Esta serie de acontecimientos ha elevado la preocupación entre los organismos de emergencia y la ciudadanía.
Durante una reciente conferencia, Carriedo manifestó que la crisis ha puesto a la “capacidad humana de los equipos” al límite, resultado de la combinación de altas temperaturas, vientos intensos y cambiantes, lo que ha dificultado enormemente las labores de extinción de los incendios.
El portavoz también subrayó la importancia de las medidas preventivas adoptadas, argumentando que cada desalojo se realizó con miras a salvaguardar la vida de los ciudadanos, aun cuando ello haya resultado en un número significativo de evacuaciones. Carriedo ha hecho hincapié en la colaboración de los ayuntamientos que han recibido a los desplazados, asegurando que la Junta cubrirá la totalidad de los costos relacionados con su atención y realojo.
En cuanto a la evolución de los incendios, se destacó que la situación en las últimas horas ha mostrado signos de mejoría, permitiendo algunos avances en las operaciones. Sin embargo, el portavoz se mostró cauteloso, enfatizando que no se puede dar nada por sentado. "Vamos a enfrentar todavía horas y días de extraordinaria dificultad", alertó.
Particularmente preocupantes son dos incendios que avanzan desde Cáceres hacia el sur de la comunidad y de Orense hacia el norte de Castilla y León, debido a su magnitud y a la potencial evolución que podrían tener en las próximas horas.
Ante esta crítica situación, la prioridad de las autoridades es la extinción de los fuegos, así como la implementación de medidas para atender a todas las personas afectadas, ya sea material o personalmente. Fernández Carriedo hizo un llamado a la ciudadanía para que mantenga la máxima colaboración, evitando actitudes negligentes y cumpliendo con las instrucciones de los servicios de emergencia.
Además, aunque ha reconocido la valiosa contribución de los voluntarios, advirtió que su presencia en áreas de riesgo puede complicar las operaciones de los equipos profesionales, quienes deben velar por su seguridad en medio de la crisis.
En términos de daños, Carriedo indicó que es prematuro realizar valoraciones definitivas sobre las hectáreas afectadas, ya que se anticipan momentos aún más difíciles antes de que se pueda hacer un análisis completo de la situación. A pesar de que las áreas afectadas están perimetradas y se dispone de información satelital, cualquier cifra debe ser ajustada, puesto que no toda la zona incluida dentro del perímetro ha sido necesariamente consumida por el fuego.
Aunque las circunstancias son alarmantes, el portavoz concluyó reconociendo que el daño será "muy intenso y especialmente grave", subrayando la necesidad de una respuesta cuidadosa y coordinada ante esta emergencia ambiental.
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