Crónica Castilla y León.

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Producción de uva: Rueda afectada por mildiu, Cigales en crecimiento y Ribera enfrenta crisis de precios, informa UCCL.

Producción de uva: Rueda afectada por mildiu, Cigales en crecimiento y Ribera enfrenta crisis de precios, informa UCCL.

La recolección de uvas en la región de Cigales enfrenta diversos desafíos que han afectado tanto la cantidad como el manejo de los cultivos. A pesar de una cosecha cuya calidad se mantiene en niveles altos, factores como el mildiu, las tormentas recientes y la falta de mano de obra han marcado negativamente el balance de la temporada.

Según el último informe de la Unión de Campesinos de Valladolid, emitido el 14 de octubre, la Denominación de Origen Rueda ha experimentado una disminución del 10% en la cosecha, atribuida principalmente a las adversas condiciones climáticas y la presencia del mildiu. Sin embargo, la calidad de la uva recolectada es considerada excelente, lo que contrasta con la situación de Ribera del Duero. Allí, además de los problemas que han afectado a las otras denominaciones, se suman precios bajos y dificultades para la entrada de uvas en las bodegas.

El presidente de la Unión de Campesinos, Valentín García, ha calificado el año como "complicado", enfatizando que la primavera trajo tormentas que causaron serias "desigualdades" en la producción. Pese a ello, García ha señalado que las condiciones generales durante la vendimia han sido óptimas, permitiendo a los viticultores recoger su uva en buen estado.

En la Denominación de Rueda, que abarca 53 de los 74 municipios con una superficie de 19.000 hectáreas, la recolección comenzó el 22 de agosto con una simbólica cosecha de 25.000 kilos de verdejo. Tras esta variedad, se continuó con la recolecta de sauvignon blanca y chardonnay. A comienzos de octubre, el proceso de entrada de uvas finalizaba, habiendo alcanzado hasta ahora 123 millones de kilos, la mayoría de los cuales son de uva blanca.

A pesar de la calidad de la uva recogida, las cifras apuntan a una producción un 10% inferior al año anterior, resultado de los estragos causados por el mildiu y las malas condiciones climáticas. García alertó sobre el impacto que dejaron 6.000 hectáreas muy afectadas por lluvias y granizo, dejando a algunos viticultores con mermas de hasta un 94% en sus cosechas.

En cuanto a Cigales, su superficie registrada es de 1.816 hectáreas, lo que representa una ligera disminución respecto a la campaña pasada. La vendimia inició el 29 de agosto con merlot y transcurre con un pronóstico de producción que podría acumular hasta 7 millones de kilos, augurando un cierre esta semana.

En esta denominación también se ha visto un adelanto en la maduración de las uvas, sin embargo, se han documentado problemas con la escasez de mano de obra. Miguel Valdespino, un viticultor de la zona, ha enfatizado que el precio y la subida de costos han llevado a muchos a cuestionar la viabilidad de la recolección de sus uvas, poniendo en riesgo el futuro de la viticultura local.

Por su parte, Ribera del Duero enfrenta un escenario complejo con precios de las uvas a la baja y una combinación de factores que obstaculizan el manejo efectivo de la producción. A pesar de que el 98% de la cosecha corresponde a uva tinta, la presión por la calidad de la producción prevalece en un mercado que se encuentra en desventaja para los viticultores.

El inicio de la vendimia en Ribera se dio el 28 de agosto, avanzando hacia mediados de septiembre, pero también con afectaciones significativas por el clima que complican la salud del cultivo. A medida que la temporada llega a su fin, los viticultores se enfrentan a precios que no cubren los costos de producción, lo que les obliga a luchar por sus derechos dentro del mercado, pidiendo una mayor regulación en la ley de la cadena alimentaria.

Entre las preocupaciones más citadas por los viticultores se encuentran los problemas de logística y almacenamiento, que han ocasionado que, en algunos casos, no tengan dónde llevar su cosecha. Este panorama se agrava con una falta de agilidad en los pagos por parte de algunas bodegas, lo que añade una carga más a un sector ya difícil.

Los viticultores, alzando la voz en defensa de sus intereses, advierten sobre el impacto que tiene la continua apertura de nuevas plantaciones, que a largo plazo podría afectar la calidad del vino en lugar de su cantidad. Por lo tanto, se hace más necesario que nunca promover prácticas que garanticen un futuro sostenible para la viticultura en la región.