BURGOS, 1 de agosto.
En un inusual suceso ocurrido el pasado viernes, una delegación judicial, respaldada por miembros de la Guardia Civil, miembros del Arzobispado de Burgos y varias monjas clarisas, intentó acceder al convento de Orduña, en Vizcaya. Sin embargo, el intento de trasladar a cinco religiosas ancianas del monasterio de Belorado no tuvo éxito.
Las religiosas, que habían sido trasladadas a Orduña la noche anterior por un grupo de monjas en desacuerdo con la normativa eclesiástica, se mantienen en la instalación en un contexto de creciente tensión, justo antes del juicio que podría determinar el futuro de la comunidad de Belorado, que ha desafiado a la autoridad religiosa.
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