La Junta de Castilla y León está enfocada en la implementación de nuevos cultivos de alto valor nutricional como la quinoa, mijo o sorgo adaptados al clima de la región, específicamente para personas celíacas, una enfermedad cada vez más común a nivel global.

Según la Junta, si bien la dieta sin gluten es efectiva, presenta desafíos en términos sensoriales, nutricionales, sociales y económicos, como el sabor, la textura, la falta de minerales y fibra, la dificultad para encontrar estos productos y su alto coste.

En este sentido, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural está trabajando para proporcionar materias primas sin gluten y de proximidad a la industria agroalimentaria, con el fin de no encarecer los productos finales.

Este esfuerzo se centra en establecer cultivos de alto valor nutricional que sean aptos para celíacos y adaptados a las condiciones climáticas de Castilla y León.

De esta manera, se busca beneficiar al sector primario, al sector transformador y, finalmente, a los consumidores, ofreciendo alimentos sin gluten más nutritivos.

Este proyecto forma parte del programa de Desarrollo Rural de Castilla y León y cuenta con la participación de empresas como Alma Prima (Burgos) y Hernán Villa (Valladolid), dedicadas a la producción y comercialización de productos sin gluten.

Se están evaluando diversas especies de cultivos sin gluten, desde las más conocidas como la quinoa o el amaranto, hasta otras menos comunes como el mijo o el sorgo.

El objetivo es mejorar las propiedades de las harinas sin gluten, como la proteína, la fibra, los minerales y los ácidos grasos saludables, a través de la inclusión de otros granos como la chía, el alpiste o el cáñamo.

En resumen, se busca promover la producción local de materias primas aptas para celíacos, beneficiando a los agricultores, a la industria transformadora y a los consumidores, evitando así la importación de estos productos en su totalidad.