En un reciente caso que refleja las complejidades del mercado laboral agrícola, un empresario de la región de Medina del Campo está bajo la lupa de la Guardia Civil por presuntas irregularidades en la contratación de trabajadores extranjeros. Se le acusa de incumplir las promesas salariales realizadas a estos empleados durante la campaña de recolección de patatas.

De acuerdo a información proporcionada por la Subdelegación del Gobierno en Valladolid, los trabajadores, que llegaron a España con la esperanza de un empleo digno, denunciaron que habían sido engañados. Habían acordado un salario diario de 130 euros, pero a su llegada se encontraron con que solo recibían 20 euros al día y que, a dos semanas de trabajo, aún no habían visto un solo céntimo de su salario prometido.

El empresario, que también comparte nacionalidad con sus empleados, había prometido condiciones laborales favorables y alojamiento al momento de su contratación a distancia. Sin embargo, al llegar a la localidad, los trabajadores se encontraron con un panorama muy distinto: el trabajo duro continuaba sin compensación económica y, para colmo, fueron desalojados del alojamiento que se les había proporcionado inicialmente.

Ante esta situación, la Guardia Civil activó una investigación para dar con el paradero del empresario, quien finalmente se presentó de manera voluntaria en el acuartelamiento de Medina del Campo. La investigación apunta a posibles violaciones graves de los derechos laborales de los trabajadores implicados.

Las diligencias que han resultado de este caso ya han sido remitidas al Juzgado de Guardia de Medina del Campo, donde se determinarán los próximos pasos legales en este asunto que pone de relieve la necesidad de proteger adecuadamente a los trabajadores, especialmente en sectores vulnerables como el agrícola.