VALLADOLID, 27 de octubre. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha ratificado la pena de seis años de prisión impuesta a un hombre identificado como D.R., por la agresión sexual cometida en enero de 2020 en Laguna de Duero, donde atacó a una menor de 12 años tras ofrecerle comprar bebidas alcohólicas para ella y sus amigas con el fin de celebrar un 'botellón'.

En su resolución, la Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL, con sede en Burgos, ha desestimado el recurso interpuesto por el condenado, sosteniendo el fallo previamente emitido por la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Provincial el pasado 20 de mayo. El tribunal determinó que D.R. había perpetrado un delito de agresión sexual con acceso carnal a una menor de 16 años, en violación de las disposiciones del Código Penal tras la modificación introducida por la Ley Orgánica 10/2022. Además de la pena de cárcel, se impuso una orden de alejamiento de 500 metros y prohibiciones de comunicación con la víctima durante un periodo de diez años, según declara la información del Gabinete de Prensa del Alto Tribunal.

Asimismo, se ha aplicado una inhabilitación total para ejercer profesiones que impliquen un contacto directo con menores, medida que se extenderá por el mismo término de la pena de prisión. Tras cumplir su condena, D.R. estará bajo una medida de libertad vigilada durante cinco años y deberá indemnizar a la víctima con 6.000 euros por daño moral, según fuentes jurídicas que fueron citadas por Europa Press.

Los hechos remiten a la noche del 24 de enero de 2020, cuando D.R., de 24 años, ingresó a un establecimiento Mercadona de Laguna de Duero con el propósito de adquirir bebidas alcohólicas para un grupo de adolescentes, incluyendo a una de 14 años y varias de 12, con el objetivo de celebrar un 'botellón'. Posteriormente, se unió a ellas en un área cercana a la Plaza de Toros de la localidad.

Una vez consumido el alcohol, el acusado terminó a solas con tres de las menores, incluidas la víctima y otra de 14 años. Con la intención de ganarse la confianza de la niña, comenzó a tocarla inadecuadamente, llegando a manipulaciones sexuales. En un momento crítico, D.R. tomó a la menor del brazo y se dirigió hacia un grupo de jóvenes que consumían drogas, proponiendo que, a cambio de un porro, la niña cumpliría una práctica sexual.

Los jóvenes accedieron a suministrarle la droga, pero no se llevaron a cabo actos sexuales. Sin embargo, D.R. regresó donde estaban las otras menores y, de manera abusiva, se desnudó frente a la víctima, obligándola a realizar actos sexuales orales. Según el tribunal, la frase que pronunció el agresor fue: "Cierra los ojos, qué raro que sea la primera vez porque lo haces muy bien, puta niña".

Uno de los amigos de la víctima se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y trató de desviar su atención, pero el condenado insistió en solicitar acciones inapropiadas a otra de las menores, quien terminó accediendo.

La misma noche, D.R. mantuvo contacto con una de las menores a través de Instagram, acordando un encuentro al día siguiente en una plaza de la localidad, donde decidieron mantener silencio sobre lo sucedido para evitar consecuencias para todos los involucrados.

A pesar de que la denuncia fue presentada casi cuatro años después de los incidentes, el tribunal halló suficientes evidencias que respaldaron el testimonio de la víctima, confirmándose a través de varias declaraciones de testigos, incluidos testimonios que atestiguaron la propuesta del acusado.

El tribunal determinó que el acusado era plenamente consciente de que la víctima era menor de edad y se aprovechó de su estatus para llevar a cabo su agresión. No se identificaron elementos que agravaran la situación, como violencia o coerción, ni se consideró que el consumo de alcohol anulase la voluntad de la menor, dado que la ley supone la falta de consentimiento en menores de 16 años.

El caso se inició tras la denuncia presentada por el padre de la víctima, una vez que se conocieron los hechos dentro de la comunidad local.