En Valladolid, la Plataforma por el Soterramiento del Ferrocarril ha criticado duramente el proyecto de la nueva estación de tren en la capital, calificándola como "faraónica", "innecesaria" y un "armatoste". Con un costo de alrededor de 250 millones de euros, esta estación en superficie ha sido promovida por el Ministerio de Transportes, encabezado por el exalcalde vallisoletano Óscar Puente. Según la plataforma, parte de ese presupuesto podría destinarse al soterramiento de tres kilómetros de vías que dividen la ciudad.

Los miembros de la Plataforma, Alfonso Peña, José Luis Lara y Cecilio Vadillo, han expresado su descontento ante el anuncio de Puente de presentar el nuevo proyecto el 17 de febrero en Valladolid. Consideran que esta decisión obedece únicamente a la voluntad del exalcalde de "dar cristiana sepultura" al soterramiento demandado por la ciudad.

La plataforma tiene previsto llevar a cabo una concentración el día 10 de febrero en las inmediaciones de la Estación Valladolid Campo Grande, en protesta por el proyecto presentado por el Ministerio de Transportes. Según Peña, la estación proyectada está sobredimensionada y no responde a las necesidades actuales del servicio, sin abordar el problema del "muro" que divide a la ciudad.

Peña ha criticado directamente a Puente por renunciar al proyecto de soterramiento, a pesar de presumir de logros similares en otras ciudades españolas. Por su parte, Lara ha cuestionado el alto costo del proyecto en comparación con estaciones de características similares en otras ciudades como Murcia.

Además, Lara no está de acuerdo con la noción de que la estación en Valladolid sea un "nodo en el Noroeste", argumentando que la ciudad ha perdido la importancia que alguna vez tuvo como punto de conexión ferroviaria. Según él, la estación propuesta busca más la imagen del ministro que la solución real a los problemas de transporte de la ciudad.

Por otro lado, Vadillo ha expresado la necesidad de contar con una estación digna y soterrada, en línea con el proyecto integral largamente esperado en los últimos años. Critica el aumento repentino del presupuesto de 70 a 250 millones de euros y acusa al ministro de trabajar en contra del soterramiento en Valladolid, mientras se niega a debatir con el colectivo afectado.