VALLADOLID, 28 de octubre.
La talentosa guionista y actriz estadounidense Eva Victor hace su debut en la dirección con la película 'Sorry, Baby', una obra que se destaca por su honesta y conmovedora exploración de las secuelas del trauma y la resiliencia humana, todo envuelto en un toque de humor.
La proyección de esta película en España, dentro de la Sección Oficial de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), está marcando tendencia debido a su audacia emocional y su narrativa fresca, características que le permitieron ganar el Premio Waldo Salt al mejor guion en Sundance y competir en la prestigiosa Quincena de Cineastas en el Festival de Cannes.
'Sorry, Baby', que se desarrolla en cuatro capítulos y tiene una duración de 102 minutos, narra la historia de Agnes (interpretada por Victor), quien es una joven profesora universitaria tratando de reconstruir su vida luego de haber sobrevivido a un acto de violencia sexual. La llegada de su amiga Lydie (Naomie Ackie) permite al espectador explorar temas de amistad, culpa y el inexorable paso del tiempo.
A través de su narrativa, Victor no se detiene en el sufrimiento, sino que aborda el trauma con una penetrante sensibilidad emocional y un humor ácido que transforma los momentos más crudos en reflexiones sobre la compleja naturaleza humana. “La vida sigue”, parece transmitir la directora, abarcando la inmensidad de la existencia, desde lo grandioso hasta lo horrible.
El guion entrelaza ironía y vulnerabilidad de manera efectiva, combinando escenas cómicas con instantes de profunda seriedad. La película intenta alejarse del sensacionalismo, optando por un enfoque naturalista que revela la humanidad cruda de Agnes.
Victor logra, a través de una cinematografía precisa, expresar el verdadero significado de sobrevivir, evitando caer en dramatismos o exageraciones. Cada gesto, mirada y sonido permite al espectador conectar profundamente con los pensamientos y sentimientos de la protagonista.
En su esencia, la película provoca una profunda reflexión interior; incomoda, emociona y deja una sensación agridulce que persiste tras dejar la sala.
En última instancia, 'Sorry, Baby' no se centra exclusivamente en el trauma, sino que es una exploración de la vida que sigue después de este. No pretende ofrecer respuestas fáciles, sino que invita a enfrentar el dolor sin miedo, reconociendo en él la posibilidad de continuar con vida.
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