En el encantador pueblo de Tamame de Sayago, en Zamora, se ha inaugurado un museo etnográfico que rinde homenaje a la ingente labor de un antiguo vecino, Isidoro Corral Sogo, un apasionado artesano que a lo largo de su vida creó impresionantes miniaturas de utensilios agrícolas y diversas obras de arte utilizando materiales reciclados.
El acto de apertura se ha llevado a cabo en el marco de la festividad del Día de Todos los Santos, una fecha que atrae de regreso a numerosos vecinos que recuerdan a Isidoro, quien falleció en 2019 después de haber dedicado sus mejores años al desarrollo de su habilidad con la madera. Sus hijas, Isabel y Yolanda, han decidido continuar con el legado de su padre, deseando compartir su rica herencia cultural con toda la comunidad.
La inauguración se ha pensado para ser un evento familiar, donde solo están convidados los vecinos de la localidad y familiares. Yolanda Corral ha compartido que la idea es mantener viva la memoria de su padre, aprovechando esta ocasión especial en que muchos regresan a visitar sus raíces.
El museo, que llevará el nombre de su creador, abrirá sus puertas con una visita guiada acompañada de un vermú y un pincho. La actividad se realizará en la Asociación Tamame 0,7 y contará con la presentación del libro 'Segadores de Sayago' y la actuación del reconocido tamborilero Fernando Moralejo, quien amenizará la tarde con melodías tradicionales.
Isidoro Corral, quien también se destacó por ser un miembro muy querido en la comunidad, dedicó su tiempo libre tras prejubilarse a crear una amplia variedad de objetos en su taller, aprendiendo la técnica de su suegro, un carpintero local. Sus obras se exhibieron en diversas localidades, y su fama se extendió por diferentes eventos y ferias.
El nuevo museo alberga más de 300 bastones y aproximadamente 60 aperos de labranza a escala real, además de un vasto número de piezas en miniatura. Isidoro, impulsado por su pasión, continuó creando hasta que un ictus le impidió seguir con su labor, lo que hace aún más valiosa su colección.
La obra de Isidoro ha calado hondo en la localidad y más allá, llegando a ser un símbolo de la identidad cultural de la zona. Su legado es tan significativo que una guía turística que opera en la región pensó que sus creaciones formaban parte del patrimonio local y se interesó por promoverlas.
El acceso al museo será gratuito, aunque se contemplan donativos destinados a su mantenimiento. Yolanda enfatiza que el objetivo es seguir la filosofía que dejó su padre, enfocándose en la educación y difusión de la cultura relacionada con estas herramientas tradicionales.
Yolanda recuerda con cariño las vivencias que compartió con su padre, quien tenía una conexión especial con los niños, los animales y las plantas. Esta unión con la comunidad y su deseo de mantener viva la tradición son factores que han motivado a sus hijas a abrir el museo, especialmente tras la llegada de la guía turística que vio el potencial de este espacio en los circuitos culturales de la región.
Isidoro era conocido por su carácter afable, y su partida dejó un vacío en el pueblo, lo que llevó a sus vecinos a organizar un homenaje en su memoria. Ahora, con el esfuerzo conjunto de la familia, los habitantes de Tamame y los promotores turísticos, buscan dar visibilidad a la herencia agrícola de la zona y su historia.
Uno de los proyectos a mediano plazo es integrar el museo en una red de Museos del Turismo a nivel global. Para lograr esto, deberán registrar las visitas, con el fin de preservar la memoria de las tradiciones y los oficios que caracterizan la historia de Tamame de Sayago.
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