VALLADOLID, 10 Abr.

La Policía Nacional ha arrestado a un individuo en Valladolid bajo sospecha de explotación sexual y amenazas hacia dos mujeres que vivían como inquilinas en su piso. Este individuo solo les permitía salir para comprar comida, les cobraba cien euros semanales de alquiler y se quedaba con la mitad de las ganancias que obtenían de sus servicios.

La detención del proxeneta y la liberación de las víctimas tuvo lugar el 1 de abril como parte de la 'Operación GOKU', llevada a cabo por la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades (Ucrif) de Valladolid, que se encarga de investigar y rescatar víctimas de explotación y trata de seres humanos en clubs, domicilios y lugares públicos donde se ejerce la prostitución.

En octubre del año 2023, se descubrió un piso donde se practicaba la prostitución, administrado por un individuo que publicaba anuncios de alquiler en diversas páginas web, incluyendo portales de servicios sexuales.

Cuando las interesadas acudían al lugar, el individuo les obligaba a prostituirse allí, exigiéndoles cien euros semanales de alquiler y quedándose con la mitad de sus ganancias. Una de las víctimas, ajena al mundo de la prostitución, llegó a Valladolid pensando que había encontrado un alquiler asequible, pero se vio obligada a prostituirse bajo el control absoluto del individuo.

Esta persona le confiscó el pasaporte, publicó anuncios de sus servicios sexuales en páginas web específicas, fijó las tarifas a cobrar y se quedó con todos los ingresos generados por la víctima, haciéndola estar disponible las 24 horas del día y atender a clientes sin protección.

Por otro lado, el individuo ofreció convertir a otra mujer en su protegida a cambio de servicios sexuales gratuitos y le concedió ciertos privilegios, como fijar sus propias tarifas y conservar su documentación personal. Sin embargo, las demandas sexuales del individuo menoscabaron la autoestima y dignidad de la víctima, a la que amenazaba y coaccionaba si se negaba, según informó la Policía.

Estas dos mujeres estaban encerradas en la vivienda, no tenían llaves y necesitaban permiso del individuo para salir a la calle, lo que hacían siempre bajo su supervisión y solo para comprar alimentos.

La Policía Nacional procedió con la detención el 1 de abril y rescató a las dos mujeres.