Crónica Castilla y León.

Crónica Castilla y León.

"Descubre los mejores lugares para jugar chapas en Castilla y León esta Semana Santa"

La Junta de Castilla y León ha dado luz verde a un total de 96 bares en 67 localidades de la región para llevar a cabo el juego de las chapas durante la Semana Santa, desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección.

Según un comunicado de la Junta, esta actividad se ha consolidado como una tradición que tiene profundas raíces en diversas localidades, especialmente en aquellas de carácter rural donde su práctica es más intensa.

El juego de las chapas está regulado por el Catálogo de Juegos y Apuestas de la comunidad, que detalla las normativas necesarias y requiere una autorización administrativa para su celebración.

En cuanto a la distribución por provincias, León es la líder con 30 bares autorizados en localidades como Ponferrada y Bembibre. A continuación, Palencia cuenta con 25 establecimientos que pueden organizar el juego en localidades como Aguilar de Campoo y Cervera de Pisuerga.

La provincia de Valladolid no se queda atrás, con 23 bares incluyendo a Medina del Campo y Tordesillas en su lista de autorizados. Burgos alberga a 9 establecimientos en lugares como Roa y Villadiego, mientras que en Segovia hay 5 bares autorizados y Zamora completa la lista con 4 locales en Benavente y Santa Cristina de la Polvorosa.

El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, ha resaltado la importancia del juego de chapas como una tradición que forma parte integral de la Semana Santa en los pueblos de la región.

Este juego involucra el lanzamiento de dos monedas, conocidas como perras gordas, que eran utilizadas en la época de Alfonso XIII. Las apuestas se realizan izando las monedas, intentando adivinar si ambas presentarán la misma cara.

Para organizar el juego, el encargado, conocido como "baratero", debe pagar una tasa que ronda los 30 euros, además de asumir la responsabilidad de manejar las apuestas y el lanzamiento de las monedas.

El reglamento prohíbe las apuestas con objetos distintos a dinero en efectivo y permite la celebración del juego en espacios públicos o privados, siempre bajo la autorización del ayuntamiento correspondiente y con ciertas limitaciones como la distancia a centros educativos.

Entre las infracciones que se consideran graves figuran la celebración clandestina del juego, manipulación de los materiales y la falta de pago de premios, lo que garantiza que el juego se realice en un ambiente justo y respetuoso.

El consejero Gago ha enfatizado que el juego de chapas es, sobre todo, una forma de reunión y diversión comunitaria, y que su práctica debe ser siempre honesta.

A pesar de que el juego fue prohibido durante la dictadura de Franco, continuó siendo celebrado en secreto, con leyendas que relatan apuestas en las que se jugaban no solo dinero, sino también propiedades e incluso valiosos derechos familiares.

La tradición remonta a la época de los soldados que lanzaban suertes para repartirse la ropa de los crucificados, un relato que está presente en el evangelio de San Juan. Actualmente, el juego es estrictamente regulado, limitando las apuestas a dinero en efectivo y estableciendo las condiciones de su organización.

Las partidas se llevan a cabo en un "corro", donde los jugadores se colocan en círculo en torno al lanzador. El "baratero" no solo organiza, sino que también anima las apuestas y asegura el orden durante el juego, recibiendo un porcentaje de las apuestas.

Las reglas establecen que el lanzamiento debe ser lo más vertical y horizontal posible, y si hay alguna interrupción o un jugador desea anular su tirada, debe hacer uso de la palabra "barajo".

El sistema de apuestas es flexible, permitiendo al primer jugador contra el resto de participantes, mientras se mantiene un ambiente ameno y competitivo sin límites de dinero o tiempo establecidos.

Lo sorprendente de este juego es que las apuestas se depositan en el suelo, lo que a menudo genera acumulaciones de sumas llamativas, aunque han surgido disputas en algunas partidas donde se permiten apuestas "por fuera", que no benefician al “baratero”.