BURGOS, 8 Jul.

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) dará inicio este lunes, 10 de julio, a la segunda fase de las obras correspondientes al proyecto de rehabilitación estructural del firme de la carretera N-122 en el tramo Aranda de Duero - Límite de provincia con Valladolid, en la provincia de Burgos, después de haber concluido la primera fase.

Las obras comenzarán en el carril derecho (en dirección a Valladolid) en el kilómetro 284,900 y se extenderán hasta el kilómetro 296,500, momento en el cual comenzarán los trabajos en el carril izquierdo (en dirección a Aranda de Duero) hasta el punto kilométrico 284,900.

En la siguiente fase, se trabajará en el carril izquierdo desde el kilómetro 284,900 hasta el 273,800, para luego cambiar al carril derecho y regresar hasta el kilómetro 284,900, según informó el Ministerio en un comunicado recogido por Europa Press.

Estos trabajos requerirán cortes de carril, lo cual, al tratarse de una carretera de un único carril, implicará un ordenamiento del tráfico en sentido único alternativo. La duración prevista de los trabajos es de seis semanas, aunque podrían sufrir modificaciones.

Durante estos intervención, se procederá al reciclado en frío con emulsión de los 12 centímetros superiores del pavimento de ambos carriles.

Esta técnica de reciclado en frío consiste en que la totalidad del pavimento estructuralmente desgastado se vuelva a utilizar una vez sea fresado, obteniendo un tamaño adecuado del material y se le haya agregado y envuelto con una emulsión de betún y aditivos que rejuvenecen la superficie.

Los trabajos se realizarán por carriles y el tráfico de vehículos se dirigirá por el otro carril de forma alternada, lo que podría ocasionar retrasos en las áreas donde se esté llevando a cabo la intervención.

Entre las diferentes ventajas de esta técnica, cabe destacar el ahorro en el consumo de áridos nuevos y en la utilización de ligantes antiguos.

El Ministerio también señaló que de esta manera se reducirá el impacto ambiental debido a la extracción y fabricación de áridos nuevos (con una disminución del 60 por ciento), así como de ligantes y combustibles, y además se logrará una reducción adicional de las emisiones de gases de efecto invernadero (con una disminución del 45 por ciento).