Crónica Castilla y León.

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Fiscalía solicita diez años de prisión para tres implicados en la importación de 862 kilos de cocaína oculta en carbón desde Colombia.

Fiscalía solicita diez años de prisión para tres implicados en la importación de 862 kilos de cocaína oculta en carbón desde Colombia.

Las fuerzas del orden de España y Portugal han llevado a cabo una operación que resultó en la incautación de un significativo envío de droga en Medina del Campo, Valladolid. Este envío de cocaína, que tiene un valor estimado de 33 millones de euros, destaca como uno de los más grandes encontrados hasta la fecha en Castilla y León.

La Fiscalía de Valladolid ha solicitado penas de diez años de prisión junto con multas que alcanzan la cifra del alijo incautado para tres individuos acusados de narcotráfico. Estos sospechosos fueron arrestados en el verano de 2021 y forman parte de una de las redes más complejas de distribución de cocaína que ha operado en el País Vasco, utilizando un novedoso método de ocultación: impregnar la droga en carbón vegetal mediante un procedimiento químico elaborado.

El juicio de estos acusados, Julio Ángel P.A., Gabriel M.G. y Abdelkrim M, se llevará a cabo en la Audiencia de Valladolid el 27 de mayo. Cada uno de los acusados enfrenta no solo la cárcel, sino también multas equivalentes al valor del narcótico confiscado, que suma un total de 33.263.703 euros, de acuerdo con informes legales.

Esta exitosa operación se enmarca dentro de un año de investigaciones conjuntas entre la Policía Nacional de España y la Policía Judiciaria de Portugal, durante el cual se logró identificar y detener a los tres involucrados en Medina del Campo. Uno de ellos, Julio Ángel P.A., es un conocido narcotraficante que ha operado tanto a nivel nacional como internacional, impulsando su red de cocaína desde América Latina, específicamente de Barranquilla, Colombia.

El inicio de estas investigaciones tuvo lugar en 2020 centrándose en una compañía del sector inmobiliario, cuyas operaciones marítimas despertaron sospechas debido a su naturaleza inusual en comparación con su estructura empresarial declarada. Esto encendió las alarmas entre las autoridades de España y Portugal, quienes lograron identificar una complicada red de empresas con conexiones, que se dedicaban a actividades aparentemente legales pero que servían como fachada para el narcotráfico.

Un aspecto destacado en las indagaciones fue el uso de testaferros para ocultar al verdadero cabecilla de esta organización, el mencionado Julio Ángel P.A. Su trayectoria delictiva incluye un arresto previo en Bolivia, donde permaneció detenido durante once meses relacionado con el tráfico de drogas.

A medida que avanzaba la investigación, se intensificaron los seguimientos a este individuo y a su socio cercano, Abdelkrim M, un argelino que desempeñaba un papel crucial en las operaciones empresariales del grupo criminal.

El análisis de las actividades comerciales reveló un notable volumen de importaciones, especialmente a través de un puerto en Portugal, muchas de las cuales estaban ostensiblemente desconectadas de su actividad legítima declarada. Las autoridades portuguesas, ante las sospechas, realizaron inspecciones que llevaron al descubrimiento de dos contenedores de carbón vegetal que dieron positivo en cocaína.

La colaboración entre las diferentes fuerzas policiales fue destacada como fundamental en este caso. La magnitud del alijo y el innovador método de ocultación utilizado eran inusuales en España, lo cual indicaba la sofisticación del crimen organizado.

El método usado por los delincuentes consistía en camuflar la cocaína para que se asemejara al carbón vegetal, un proceso químico en el que los cárteles mexicanos y colombianos jugaron un papel esencial. Esto permitió que la droga llegara casi indetectada, eliminando el característico olor que podría haber alertado a las autoridades o a los perros detectores de narcóticos.

El mecanismo de ocultación era ingenioso, ya que sólo un pequeño porcentaje de los sacos transportados contenía la droga, complicando su identificación durante las inspecciones. De los 1.364 sacos trasladados, apenas 30 contenían la sustancia ilícita.

La droga era trasladada a un local alquilado por la organización en Medina del Campo, donde se planificaba separar el carbón auténtico de la cocaína para ser procesada en laboratorios situados en el País Vasco.

Una vez que se estableció el dispositivo de control sobre los contenedores y los sospechosos, más de 50 agentes de ambos países se unieron para llevar a cabo la detención. El operativo concluyó con la captura del líder narcotraficante y su mano derecha, así como de un tercero que facilitaba el alquiler de los inmuebles para sus actividades delictivas.

La operación también resultó en varios registros en el País Vasco, donde las autoridades continuaron desmantelando esta red criminal.