En un clima de tensión que rodeó el partido disputado entre el Sporting de Gijón y el Real Valladolid, las autoridades policiales lograron prevenir un enfrentamiento masivo en el barrio de Huerta del Rey. Ocho aficionados fueron retirados de un palco en el estadio debido a su comportamiento provocador, mientras que la Policía se mantuvo firme en su misión de garantizar el orden.

Según un informe de la Subdelegación del Gobierno, el dispositivo de seguridad implementado para este encuentro de alto riesgo estuvo compuesto por varias unidades de la Policía Nacional, quienes se desplegaron en diferentes puntos estratégicos de la ciudad. La acción fue necesaria para asegurar que más de 18,300 espectadores pudieran disfrutar del evento sin incidencias.

En un momento crítico, los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) intervinieron de manera decisiva para evitar una confrontación entre facciones radicales de ambas aficiones. Con el uso de defensas, restauraron el orden y lograron separar a los grupos en conflicto, los cuales estaban equipados con protectores de mandíbula y capuchas, elementos que fueron despojados durante la identificación de los involucrados.

Los controles de seguridad resultaron en la incautación de una navaja, así como material de propaganda ultraderechista y aerosoles de pintura entre algunos aficionados. En total, se levantaron 77 actas hacia seguidores del Sporting y 48 hacia seguidores del Valladolid, todos bajo el riesgo de enfrentar sanciones conforme a la Ley 19/2007, que combate la violencia y la intolerancia en el deporte.

Además, los efectivos policiales, en colaboración con la Policía Municipal, optaron por restringir el acceso de un grupo de radicales del Sporting al estadio, informándoles que no se les permitiría entrar tras los desacuerdos con la afición local. Posteriormente, fueron escoltados hasta sus medios de transporte para abandonar la ciudad.

Antes del comienzo del evento, dos aficionados del Sporting y dos del Valladolid también fueron multados por un altercado; otro aficionado visitante recibió un acta por intentar ingresar al estadio por un acceso no autorizado, brincando entre las gradas hasta llegar a las correspondientes a su afición.

Durante el partido, se tomó la medida de expulsar a ocho aficionados del Sporting de un palco, ante el riesgo de que su discusión con aficionados locales desembocara en un nuevo altercado. Las grabaciones del evento serán revisadas para determinar si se imponen más sanciones bajo la legislación deportiva.

Adicionalmente, en el estadio se requirió la asistencia médica por un incidente relacionado con la salud de un espectador. Tras el término del encuentro, el dispositivo de seguridad se mantuvo activo hasta que los más de 18,300 aficionados abandonaron el lugar.

La Policía Nacional subrayó que la violencia carece de lugar en el ámbito deportivo y advirtió que cualquier persona que trate de empañar el espíritu de estos eventos podría enfrentar severas sanciones conforme a la Ley 19/2007. La necesidad de mantener el respeto y la deportividad sigue siendo fundamental para disfrutar plenamente del deporte.