En un notable avance en la lucha contra la delincuencia, la Guardia Civil ha desmantelado un grupo criminal altamente organizado que realizaba robos en viviendas en varias provincias del país. Esta operación, conocida como 'Spyhole', resultó en la detención de tres individuos, quienes ya son considerados los principales sospechosos de una serie de asaltos.
Según el comunicado emitido por el cuerpo militar, los arrestados están presuntamente implicados en al menos 38 robos, generando un daño económico que se estima en alrededor de 150.000 euros para sus víctimas. Este grupo estaba basado en la Comunidad de Madrid y se desplazaba a otras zonas, llevando a cabo sus ataques de manera coordinada antes de regresar a su lugar de residencia con el botín escondido en compartimentos ocultos de sus vehículos.
La investigación comenzó tras el reporte de varios robos en casas ocupadas en localidades de la provincia de Lugo. Sin embargo, el trabajo de los agentes se complicó debido al ingenio del grupo, que implementaba diversas tácticas para evadir la captura policial.
La Guardia Civil ha descrito el modus operandi de esta organización delictiva, que se enfocaba en asaltar los últimos pisos de los edificios durante el día. Utilizando herramientas para romper los sistemas de seguridad de las puertas, los delincuentes también extraían la mirilla para evitar ser vistos. “Su táctica implicaba una meticulosa planificación, prestando especial atención a las medidas de seguridad y las rutinas de los residentes”, señalaron las autoridades.
Durante los robos, los delincuentes se cubrían el rostro, vestían ropas oscuras y portaban guantes, centrando su atención exclusivamente en objetos de valor como dinero y joyas que podían cargar con facilidad en mochilas. Posteriormente, las pertenencias robadas eran rápidamente puestas a la venta, muchas de ellas con un alto valor sentimental para quienes las habían perdido.
Los vehículos utilizados por la banda pertenecían a una empresa que ofrece sus servicios a través de una plataforma digital y estaban registrados a nombre de terceros, lo que les otorgaba un escudo de impunidad. Gracias a las investigaciones, se descubrió que el grupo había modificado su estrategia operativa, empleando automóviles que no podían ser directamente vinculados con ellos.
Para mantener su comunicación durante los robos, utilizaban números de teléfono a nombre de familiares y conocidos, cambiándolos frecuentemente para obstaculizar las pesquisas policiales.
Tras haber cometido robos en tres viviendas de Vizcaya, las autoridades pudieron rastrear a los sospechosos en su camino de regreso a Madrid. Se llevó a cabo un operativo en Briviesca, Burgos, donde los tres miembros fueron finalmente arrestados, y se confiscó una cantidad significativa de bienes robados junto con herramientas utilizadas en sus crímenes.
Entre los objetos recuperados se hallaron numerosas piezas de oro (pendientes, colgantes, anillos, entre otros), un reloj de lujo, así como monedas de colección valuadas en 3.500 y 2.200 euros, además de un montante en efectivo de los robos más recientes. Los detenidos enfrentan cargos por pertenencia a grupo criminal y robo con fuerza en el interior de viviendas habitadas. Actualmente, han sido enviados a prisión tras ser puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Mondoñedo, en Lugo.
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