El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha reducido la condena de Rodrigo F.Q por delito de tráfico de drogas de siete a cinco años de cárcel. La policía intervino en su casa droga por valor de 132.000 euros en agosto de 2020 y en el juicio alegó que no era suya sino que se limitaba a custodiarla por encargo de un tercero cuyo nombre no quiso revelar. La Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL estima parcialmente el recurso presentado por el convicto y reduce la pena inicial en dos años, así como rebaja la multa de 300.000 a 200.000 euros, según Europa Press.

La Fiscalía había pedido once años de prisión, mientras que la Audiencia Provincial impuso siete años por tráfico de drogas y absolvió a Rodrigo del segundo delito. Además de la pena a Rodrigo, la sala también condenó a su compañero de banquillo, David D.C, a dos años y un día de prisión y 2.500 euros de multa.

En su detención el 5 de agosto de 2020, Rodrigo sostuvo la versión del autoconsumo para justificar el alijo de droga que la policía descubrió en su piso. Durante el juicio, modificó su declaración para asegurar que la totalidad de la mercancía y una pistola Browning con su munición se las estaba guardando a alguien, bajo amenaza, cuyo nombre no reveló por miedo a represalias.

La policía llevaba tres o cuatro meses investigando a Rodrigo por su presunta implicación en el tráfico de drogas y sospechas surgidas a partir de una operación anterior denominada 'Drache'. La policía observó un importante trasiego de personas que acudían al inmueble y realizaban actitudes vigilantes del entorno para cerciorarse de que no eran seguidos. El dispositivo localizó el 4 de agosto la llegada del segundo convicto, David D.C, a quien siguieron hasta el garaje de su domicilio y una vez allí le detuvieron en posesión de droga.

No fue hasta el día siguiente cuando la policía procedió al registro del domicilio de Rodrigo, donde se incautó de distintas cantidades de sustancias, entre anfetamina, MDMA, ketamina y cocaína, droga que entonces dijo que era para consumo propio y ahora asegura que no era de su propiedad. “¡Cuando dijo que era para su consumo nos entró la risa porque con lo que guardaba en casa tenía para varios años!", indicó uno de los funcionarios que participó en el registro del inmueble.