VALLADOLID, 24 de julio - En declaraciones recientes, Carlos Fernández Carriedo, el consejero de Economía y Hacienda de Castilla y León, ha enfatizado la importancia de conciliar la protección del lobo con la seguridad de las comunidades rurales. En su opinión, el esfuerzo realizado en la región ha permitido que la población de lobos crezca considerablemente, pero subrayó que es esencial también resguardar a quienes habitan en el entorno rural, apuntando que su bienestar es prioritario.

En una rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Fernández Carriedo destacó que esta visión está respaldada por la mayoría de las comunidades autónomas, así como por instituciones europeas y diversos acuerdos internacionales que abogan por la conservación del lobo. Su mensaje fue claro: la protección del ser humano y la de los recursos naturales no son mutuamente excluyentes.

El consejero también señaló que tanto el Congreso como el Senado comparten la misma postura que su Gobierno, lo que refuerza la legitimidad de su propuesta. Sin embargo, mostró su descontento ante la resistencia del Ejecutivo central a estos planteamientos, instando a que se dejen de lado consideraciones ideológicas y se priorice la realidad que enfrentan los agricultores, ganaderos y habitantes del campo.

En relación a la solicitud de varias comunidades para convocar la Comisión Sectorial sobre el lobo, Carriedo expresó su esperanza en que esta reunión se lleve a cabo y reafirmó el compromiso de la Junta por defender la ley que fue aprobada por el Congreso, al considerarla fundamental para el equilibrio entre la preservación del lobo y la protección de la vida rural.

El portavoz del Gobierno regional hizo un llamado al Ejecutivo central para que escuche las voces de tantas instituciones que abogan por un enfoque equilibrado en la gestión de esta especie y la protección de quienes habitan en el entorno rural, subrayando que es fundamental encontrar puntos en común para asegurar la convivencia armoniosa entre las distintas partes involucradas.