En Valladolid el sindicato CSIF ha hecho un llamado a la Junta para que revise el plan integral contra la violencia en el ámbito de la Sanidad, solicitando un refuerzo en las plantillas ante las medidas insuficientes que no han evitado casos como la agresión a dos enfermeras en el Hospital Río Hortega.
La mencionada agresión ocurrió el pasado 2 de octubre y ha sido señalada como evidencia de la necesidad de mayor protección para los trabajadores de Sacyl, según comunicado por Europa Press.
CSIF destaca la importancia de reforzar e incrementar las plantillas para mejorar la asistencia, reducir las listas de espera y propiciar un mejor ambiente en los centros de atención sanitaria.
A pesar de la detención del presunto agresor por parte de la Policía Nacional, el sindicato insiste en la importancia de garantizar la seguridad de los empleados de Sacyl.
Por ello, solicitan una revisión del plan contra la violencia en la Sanidad, así como la implementación de normas que aseguren sanciones administrativas en todas las comunidades autónomas.
También piden modificar el Código Penal para incluir amenazas leves, injurias y vejaciones, así como extender la protección contra el 'atentado contra la autoridad' a todo el personal sanitario.
Además, proponen la creación de un Programa de Ayuda al Empleado que ofrezca apoyo psicológico gratuito para reparar el daño emocional causado a los afectados por agresiones en el ámbito sanitario.
CSIF alerta sobre el incremento de agresiones a profesionales de la salud a nivel nacional, llegando a un total de 14.749 notificaciones en 2023.
En Valladolid, las agresiones representan el 25 por ciento del total en Castilla y León, con 195 casos en 2023. La alta tasa de agresiones en los últimos años despierta preocupación, alimentando la necesidad de mejorar la seguridad en los entornos sanitarios.
La gravedad de la situación se hace evidente en el Área de Salud Este de Valladolid, donde las agresiones casi duplican a las del Área Oeste. Es preocupante que las agresiones en 2023 superen las cifras de años anteriores, destacando el perfil machista de los agresores y el impacto mayoritario en mujeres.
En la región de Castilla y León, aunque se ha registrado una ligera disminución de agresiones en el último año, CSIF insiste en la gravedad del problema y la necesidad de no bajar la guardia. Las medidas adoptadas hasta ahora no han sido suficientes para frenar esta problemática creciente.
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