En un emotivo homenaje a la memoria del coronel López Muñoz, víctima del terrorismo, Valladolid ha cambiado el nombre de una plaza del emblemático edificio Puente Colgante, que ahora lucirá su nombre. Este acto tuvo lugar en la jornada de ayer y congregó a numerosos vecinos y autoridades locales, destacando la presencia del alcalde, Jesús Julio Carnero.
La ceremonia fue un reflejo de "recuerdo, justicia y dignidad", donde los asistentes honoraron la memoria del coronel, quien perdió la vida en un atentado del Grapo en junio de 1990. La familia del homenajeado estuvo acompañada por autoridades como el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, y la delegada territorial de la Junta en Valladolid, Raquel Alonso, entre otros importantes miembros de la comunidad.
Antes de proceder con el descubrimiento de la placa que perpetuará el nombre del coronel, el alcalde destacó la importancia de recordar los acontecimientos de aquellos años para que las nuevas generaciones no olviden lo sucedido. Resaltó que "dolieron mucho" y es esencial que los jóvenes conozcan esta parte de la historia para poder valorar la realidad actual.
En su discurso, Carnero enfatizó que la elección de esta plaza no fue casual. Buscaba establecer una conexión simbólica entre el pasado y el presente en un entorno “hermoso” que sirve como punto de encuentro para la ciudadanía, a la vez que resalta la belleza natural del lugar.
Manuel López Represa, hijo del coronel, también ofreció unas palabras agradeciendo al Ayuntamiento por organizar el homenaje. Extensivo a todas las víctimas del terrorismo, su agradecimiento se centró en particular en aquellos de Castilla y León, señalando el sufrimiento y la injusticia que han padecido a manos del terrorismo.
Recordó con orgullo la vida de su padre, quien se había integrado plenamente en la comunidad vallisoletana desde los años 60, participando activamente en diversas iniciativas sociales y culturales, lo que lo convirtió en un referente local. El hijo del coronel también evocó la figura del alcalde que en su momento lo definió como “una excelente persona” y un “amigo entrañable”.
Manuel lamentó la pérdida de su padre en un acto de terrorismo en la calle Turina, recordando con tristeza el impacto que tales actos han tenido en la sociedad española. Denunció la barbarie de grupos como ETA y el Grapo, que segaron la vida de muchas personas inocentes.
Aprovechó su intervención para subrayar que, aunque las circunstancias han cambiado y no hay atentados recientes, eso no puede llevar a menospreciar los actos de violencia que aún persisten en otras formas. La necesidad de recordar y fomentar una sociedad pacífica y democrática se hizo presente en sus palabras.
Desde su posición, el delegado del Gobierno expresó su honra por participar en un evento que rinde homenaje a quienes fueron fundamentales para la sociedad. Hizo hincapié en la importancia de recordar y valorar la vida de quienes dieron su existencia en pro de la democracia, reafirmando que la violencia nunca puede ser una solución aceptable en un estado democrático.
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