Los salmantinos se preparan para celebrar el Lunes de Aguas este 17 de abril, una festividad que se ha convertido en una tradición familiar en la ciudad. Sin embargo, el origen de esta festividad es cuanto menos llamativo y se remonta al siglo XVI, cuando el rey Felipe II dictó unas ordenanzas relacionadas con la moralidad y la práctica sexual con prostitutas de la época.
En aquella época, el monarca obligó a que estas mujeres fueran trasladadas fuera de la ciudad durante la Cuaresma, por lo que tenían que abandonar Salamanca a partir del Miércoles de Ceniza y viajar al otro lado del río Tormes. La tarea de llevarlas en barca se encomendaba a un religioso, al que se le llamaba "Padre Putas". Este religioso también las traía de vuelta a Salamanca una semana después del Lunes de Pascua y la ribera del Tormes se llenaba de estudiantes que esperaban el regreso de las prostitutas.
A pesar de su origen, la festividad ha cambiado de contexto y se ha convertido en una jornada de disfrute al aire libre, en la que el plato estrella es el hornazo, una empanada rellena de jamón, chorizo y lomo. Los entornos del Puente Romano, La Aldehuela, Huerta Otea, el Parque Fluvial y las zonas verdes próximas a la ciudad son algunos de los espacios más visitados en esta jornada por los salmantinos.
Para acudir a estos lugares, muchos salmantinos hacen uso del coche, por lo que la Policía Local y la Guardia Civil ponen en marcha un dispositivo de "especial vigilancia" en los puntos de salida y entrada de la ciudad, además de refuerzos específicos en el bus urbano para facilitar el movimiento en masa de la población.
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