Supremo confirma sentencia de siete años para dominicano atrapado con tres kilos de coca en Valladolid.
VALLADOLID, 14 de abril. El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia que condena a Darwin R.E., un dominicano, a siete años y cuatro meses de prisión tras ser sorprendido con más de tres kilos de cocaína en su hogar. La droga, valorada en más de 286.000 euros, estaba escondida en diferentes áreas de su vivienda, lo que llevó a las autoridades a actuar con firmeza.
En su resolución, el Tribunal desestimó el recurso presentado por el acusado y mantuvo la decisión tomada por la Audiencia de Valladolid en su Sección Segunda. Esta decisión había sido previamente validada por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, con sede en Burgos. Durante el juicio, se determinó que el sujeto era culpable de un delito contra la salud pública, aunque se le aplicó una atenuante por su condición de drogadicto. Además de la prisión, se le impuso una penalización económica de 750.000 euros.
En el transcurso del juicio, Darwin argumentó no ser el propietario de la droga, alegando que un conocido le había confiado la sustancia para su custodia. Aseguró que recibió la cocaína a cambio de una compensación mínima y, para proteger a su familia, se negó a revelar el nombre del involucrado.
“Lo prometo por la salud de mi hija, la droga no era mía; me la pasaron para que la guardara”, fue la defensa que esgrimió Darwin, cuya abogada invocó la nulidad del procedimiento, argumentando que la policía lo detuvo dentro del edificio, lo que representaría una violación de la privacidad del hogar. En caso de condena, solicitó que se reconsiderara la pena debido a la adicción de su cliente.
Durante su declaración, el acusado explicó que aceptó guardar la droga impulsado por problemas económicos y personales, incluyendo la reciente noticia que recibió de su esposa sobre un aborto espontáneo. Esta presión lo llevó a no negarse a hacer el favor de custodiar la mercancía ajena.
Darwin también mantuvo que su detención ocurrió dentro del edificio, cuando se disponía a salir en su patín eléctrico, argumentación que sirvió como base para su defensa y que alegó como una infracción a su derecho al hogar. Sin embargo, lo que no pudo aclarar es por qué la policía encontró más droga repartida en el salón, la cocina y el dormitorio, así como diversos materiales utilizados para la distribución, incluyendo una prensa y balanzas, además de 9.090 euros, cuyo origen atribuye a su trabajo como repartidor.
Los agentes que realizaron la intervención negaron que la detención se efectuara dentro del portal. Aclararon que fue en plena calle, cuando Darwin se desplazaba en su patinete eléctrico y fue sorprendido al pasar cerca de un dispositivo policial establecido en la zona, sin que el equipo tuviera conocimiento de las investigaciones previas que se estaban realizando sobre él.
El encargado del caso indicó que Darwin era un “objetivo prioritario”, tras recibir varias denuncias que lo vinculaban al tráfico de estupefacientes y a conexiones con otros delincuentes de su misma nacionalidad. Sin embargo, el oficial también admitió los retos que enfrentaron para seguir sus movimientos, ya que el acusado adoptaba medidas de seguridad más rigurosas que otros casos exitosos que habían investigado. Hasta ese momento, no habían logrado realizar ninguna detención durante un intercambio de drogas.
El día de su arresto, reveló otro miembro del equipo policial, las autoridades lo interceptaron de manera fortuita. Cuando salió del edificio, Darwin se mostró nervioso al notar la presencia policial, intentando evadir la situación. “Grité ¡alto, policía!, pero él no atendió y continuó su camino”, relató uno de los agentes, quien junto a sus compañeros logró finalmente detener al supuesto narcotraficante, confiscándole inicialmente 266 gramos de cocaína y luego, tras un registro en su hogar, otros kgs adicionales, elevando el total a tres kilos.
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