VALLADOLID, 27 de noviembre. El Tribunal Supremo ha decidido no admitir el recurso de casación presentado en relación con la condena de cinco años y ocho meses de prisión por tentativa de asesinato que se impuso a una mujer de Tordesillas. En abril de 2020, esta persona atacó con un cuchillo de cocina a su marido mientras él se encontraba durmiendo en su cama, infligiéndole heridas graves.

Con esta determinación, el Alto Tribunal respalda el fallo que ya había sido confirmado en mayo por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, ubicada en Burgos. Este resultado mantiene íntegramente la sentencia emitida en noviembre de 2023 por la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, donde se consideró que los actos de Nadia B.V., de nacionalidad búlgara, constituyeron una tentativa de asesinato. La sentencia incluyó una atenuante muy cualificada por confesión y una agravante por parentesco, resultando en la mencionada pena de prisión, además de imponerle que no se comunique con la víctima ni se acerque a su hogar o lugar de trabajo a menos de 300 metros durante un plazo de siete años.

En términos de responsabilidad civil, la mujer condenada deberá indemnizar a su exmarido con 30,000 euros, así como a Sacyl con 6,704 euros por los costos derivados de su atención en el Hospital Clínico Universitario. También se contempla la compensación por los posibles gastos de urgencias en el Centro de Salud de Tordesillas y por los traslados en ambulancia, según la información proporcionada por fuentes judiciales a Europa Press.

Las acusaciones, tanto la pública como la particular —esta última representada por Isabel Palomino, de Negotia Abogados— había solicitado para Nadia penas de diez y trece años de cárcel respectivamente, contrastando con la petición de absolución planteada por la defensa. Esta última argumentó que la mujer actuó en defensa propia tras sufrir una agresión de su marido, quien estaba en un estado psicótico derivado del consumo de alcohol y cocaína.

Durante el juicio, Nadia expuso que esa madrugada tomó un cuchillo de cocina con la intención de protegerse de un ataque por parte de su pareja, quien, según su relato, se puso violento al despertar repentinamente después de haber estado desmayado debido a la ingesta de sustancias. En su declaración, sostuvo que la relación entre ellos era "normal", aunque había experimentado un deterioro por las restricciones ocasionadas por la pandemia. En relación con lo sucedido, insistió en que no tenía intención de herir a Ricardo, el padre de su hija, cuando le asestó una cuchillada en la zona epigástrica y otra en la espalda.

Nadia relató que los acontecimientos se desarrollaron alrededor de las 6:00 horas del 26 de abril de 2020, cuando llevó a su marido a la cama debido a su mal estado. Sostuvo que tras sufrir arcadas, Ricardo cayó al suelo del baño de manera violenta. Según su versión, intentó reanimarlo, pero cuando él recobró la consciencia, le propinó un puñetazo que la llevó a protegerse con los brazos antes de buscar refugio en la cocina y tomar el cuchillo.

Con el arma blanca en la mano, regresó al dormitorio para recoger su teléfono y llamar a su suegra. En ese momento, Ricardo la tomó del cuello, provocando que ambos cayeran al suelo y que ella no pudiera aclarar si en esta caída él se hirió en el abdomen. Aseguró que estaba en estado de shock y que su principal preocupación era que su hija no se despertara y viera la escena.

La versión de los hechos de la mujer contrasta fuertemente con la de su exmarido, quien afirmó que fue atacado mientras dormía sin aparente motivo, manifestando su incredulidad ante la agresión que sufrió aquella noche. Ricardo reiteró que su relación no tenía problemas previos que pudieran justificar un ataque tan violento.

El lesionado recordó que en la tarde anterior ambos habían consumido alcohol y drogas en una finca, y que regresaron a casa alrededor de las 23:00 horas, donde continuaron con esta práctica. Tras irse a dormir, fue cuando, según su relato, sufrió el ataque. Describió el dolor intenso que sintió en el abdomen, la espalda y en la cabeza, y no logró recordar nada más hasta que fue asistido por la Guardia Civil mientras era sacado de la habitación.