Crónica Castilla y León.

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"Una familia de águilas calzadas se convierte en inusual vecina de la Fuente de la Fama en Valladolid"

El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha participado en un evento especial en el Campo Grande, donde se llevaban a cabo actividades de anillamiento de tres aguiluchos, dos hembras y un macho, gracias al Proyecto Pennatus, que se dedica a la investigación de estas aves rapaces.

Este suceso se destaca en la plaza de la Fuente de la Fama, donde una pareja de águilas calzadas, una especie conocida por ser migratoria, ha establecido su nido en un pinsapo. Este año, se produjo un evento poco común: la cría de tres pollos en lugar de uno o dos, como es habitual para esta especie, que generalmente no anida en entornos urbanos.

El alcalde ha subrayado la importancia de la presencia de estas águilas en un espacio urbano como Campo Grande. "Es un fenómeno inédito que debemos proteger y promover en Valladolid", afirmó, enfatizando que este tipo de anidación en áreas urbanas es raramente visto.

El responsable del Proyecto, Ignacio García Dios, destacó que, aunque inusual, la adaptación de las rapaces a los entornos urbanos es cada vez más frecuente. Según su análisis, estos lugares ofrecen una percepción de seguridad y acceso a presas que resulta atractivo para las aves.

García Dios también enfatizó la notable resiliencia de las águilas, que han manejado con naturalidad la construcción del nido y la crianza en medio del tránsito humano, lo que puede brindarnos valiosos datos sobre la adaptación de especies del Paleártico a la urbanización.

Las actividades de monitoreo forman parte del proyecto Caminos de Biodiversidad Urbana, impulsado por el Ayuntamiento de Valladolid con el respaldo de la Fundación Biodiversidad y financiado por la Unión Europea a través de NextGenerationEU.

El alcalde destacó que este esfuerzo refleja la biodiversidad presente en Campo Grande y demuestra el compromiso de Valladolid con la calidad del medio ambiente, sugiriendo que la presencia del águila calzada indica un entorno saludable.

El águila calzada es una especie de tamaño mediano que realiza migraciones a través del Sahara. Regresa a la península ibérica en primavera y se queda hasta el otoño, momento en el que inicia su viaje al sur.

La pareja de águilas que ha anidado en Valladolid lleva haciendo este proceso desde la pandemia de COVID-19, logrando criar por primera vez en 2024. Sus movimientos han sido monitorizados, y se ha observado que, de las dos crías, una regresó a la península, mientras que la otra no se ha vuelto a ver.

Es vital señalar que el Sahel presenta desafíos considerables para estas aves, donde son cazadas sin reparos. A nivel internacional, el águila calzada está protegida, y se están planteando cambios en su estatus de conservación, considerando su vulnerabilidad.

A diferencia de otras especies, las águilas calzadas tienden a tener menos vínculos familiares. Durante la temporada de cría son leales al territorio, pero migran por separado. Si ambas regresan sanas la próxima primavera, retomarían su relación desde el mismo nido.

Las tareas de monitoreo incluyen la colocación de emisores GPS, que ayudan a estudiar sus patrones de vuelo y aspectos cruciales para su conservación. Este proceso se lleva a cabo cuando los pollos tienen aproximadamente 35 días, momento en que aún no vuelan.

Un integrante del equipo Pennatus escaló el árbol para rescatar a los polluelos, asegurando que el proceso se realizara de manera cuidadosa. Cada ave fue marcada en apenas diez minutos bajo la supervisión del alcalde, quien también participó en la devolución de las aves al nido.

Para complementar la vigilancia, se también se instaló una cámara de fototrampeo, permitiendo a los investigadores observar comportamientos desconocidos de la especie, como el emparejamiento y la incubación de huevos.

El plan de marcado de águilas trae consigo múltiples beneficios para Valladolid, tanto en términos ambientales como potencialmente turísticos. El alcalde mencionó que la águila calzada, al ser un depredador natural, contribuye al control de plagas urbanas, lo que podría ser un aspecto positivo en su conservación.

Además, existe la posibilidad de establecer una ruta ornitológica en Campo Grande, lo que alentaría al público a aprender más sobre estas magníficas aves y su hábitat a través de paneles informativos.