Han cerrado un acuerdo con el fiscal, mientras el juicio sigue contra otros cuatro de los acusados, de la misma nacionalidad
VALLADOLID, 22 Ene.
Una ciudadana china, Lingli X., ha sido condenada este lunes a dos años de cárcel y una multa de 19.500 euros, mientras que sus hijos, Quiongyu y Quiongxian L., han sido condenados a tres años de prisión y una multa de 960.000 euros. Han reconocido su culpabilidad por integrar una banda criminal desarticulada en noviembre de 2022, la cual utilizaba Valladolid como escala o lugar de recepción de numerosos paquetes cargados de cogollos de cannabis que tenían como destino Holanda y Bélgica.
Estos tres condenados, acusados de tráfico de drogas de las que no causan grave daño a la salud pero en la modalidad de notoria importancia, son los únicos que han llegado a un acuerdo con el fiscal del caso. Inicialmente, se pedían para ellos cuatro años y medio de prisión y multas de 1.500.000 euros. Han decidido apartarse del procedimiento que continuará hasta el próximo viernes en la Audiencia de Valladolid, en el cual se juzgará a otros cuatro presuntos integrantes de la banda, todos de la misma nacionalidad.
Los acusados Xiaojie Z., Feng X., Hongwu Z. y Wenjun Y. han rechazado el acuerdo propuesto por el fiscal. Los dos primeros podrían enfrentarse a una condena de cuatro años y medio de prisión y multas de 1.500.000 euros, mientras que los otros dos podrían recibir una condena de cinco años y tres meses de prisión y multas de 10.800 euros. Las defensas de los acusados han solicitado sin éxito la suspensión del juicio argumentando que el tribunal de Valladolid no era competente para conocer el caso, asegurando que la competencia correspondía a la Audiencia Nacional y, en su defecto, a la Audiencia de Madrid.
Las defensas alegaron que los hechos ocurrieron en Madrid, Valladolid, Burgos, Salamanca y Zamora, y que los siete acusados fueron detenidos en la provincia de Madrid, donde también se encontraban sus domicilios. Además, argumentaron que toda la droga incautada provenía de Rivas-Vaciamadrid, en Madrid, por lo que consideraron que el juicio debía celebrarse en la Audiencia Nacional o ante el tribunal territorial correspondiente.
Sin embargo, la Audiencia de Valladolid ha confirmado su competencia en el caso, recordando que la investigación se inició en la capital de Valladolid en febrero de 2022. No obstante, ha aceptado la petición de las defensas de permitir que los cuatro acusados restantes declaren el último día del juicio, después de que lo hayan hecho los policías y peritos involucrados en la desarticulación de la banda.
El primer testimonio ha sido el de un inspector de la Policía Nacional de Valladolid, encargado del caso, quien explicó que los acusados recibían los cogollos de cannabis en sus domicilios, principalmente en la calle Luis García Berlanga de Rivas-Vaciamadrid. Después los empaquetaban con remitentes falsos y los entregaban en distintas empresas de paquetería en Castilla y León. Estas empresas, ubicadas en lugares como Aranda de Duero, Fuentespina, Salamanca y Benavente, enviaban las cajas a las oficinas de UPS en Valladolid, que funcionaban como punto de recepción final antes de que la droga se enviara a Holanda y Bélgica.
La trama fue descubierta gracias a una llamada de los responsables de la empresa de paquetería UPS en Valladolid. Habían recibido catorce cajas de cartón con destino a Holanda desde su sucursal en Aranda de Duero, las cuales despertaron sospechas debido a su formato anormal y poco peso. La policía, al revisar las cajas con la ayuda de perros especializados, confirmó que contenían más de 100 kilos de cannabis. A partir de ahí, se identificó el vehículo utilizado por dos de los acusados y se iniciaron las investigaciones.
Se descubrió que muchas otras cajas de formato similar estaban llegando a varias empresas de paquetería en Castilla y León, con remitentes falsos y el mismo destino en Holanda y Bélgica. La droga era recepcionada en Valladolid antes de ser enviada al extranjero. Incluso utilizaban fulares para camuflar los cogollos, los mismos que se encontraron en el resto de las cajas intervenidas. El seguimiento de los vehículos utilizados para el transporte de la droga llevó a la policía hasta la calle Luis García Berlanga en Rivas-Vaciamadrid, donde los acusados preparaban los paquetes con la droga.
La operación contra el tráfico de drogas se llevó a cabo con registros en la provincia de Madrid, incluyendo la calle Rutilo en Madrid, donde se incautaron más de 300.000 euros, y en un inmueble de la calle Luis García Berlanga en Rivas-Vaciamadrid, donde se encontraron dos cajas preparadas con droga de formato similar al resto. También se realizó un registro en un piso de Marcelo Usera en Madrid, donde se hallaron más de un centenar de gramos de metanfetamina.
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