VALLADOLID, 30 de octubre.
En el marco de la 70ª Semana Internacional de Cine de Valladolid, los cineastas argentinos Ezequiel Salinas y Ramiro Sonzini han expresado su preocupación por lo que consideran una "crisis profunda" en su país, acentuada tras la reciente victoria electoral del ultraderechista Javier Milei. Según ellos, el gobierno actual ha emprendido una serie de recortes que afectan gravemente al sector cultural, especialmente al cine.
Salinas, en una conferencia de prensa junto a Sonzini, denunció que "en Argentina se está eliminando el cine en todas sus formas". El director sostiene que la administración de Milei busca erradicar la producción cinematográfica y cultural del país, lo que, a su juicio, constituye un golpe devastador al arte y a la identidad nacional.
La participación de estos directores en el festival se centra en su nuevo film, 'La noche está marchándose ya', que se presenta en España. Este proyecto se gestó en un clima de recortes y censuras, posicionando al cine como un refugio para aquellos que son relegados por la sociedad.
La obra, que supone la primera colaboración larga entre Salinas y Sonzini, narra la vida de Pelu, un proyeccionista que, debido a la crisis cultural, se ve obligado a asumir un segundo empleo como vigilante nocturno en un cine del barrio. Allí, transforma el espacio en un santuario para las personas sin hogar, quienes encuentran en la oscuridad del cine un escape a su dura realidad.
Con una propuesta estética completamente en blanco y negro, el filme rememora la historia de Pelu y el cierre de espacios culturales, planteando una crítica al deterioro del sector bajo el actual clima político y social. Los realizadores, a través de un tono que mezcla la comedia con la desolación, buscan rescatar la esencia del cine popular en medio de un contexto de creciente marginalización.
El actor principal, Octavio Bertone, no solo encarna a Pelu, sino que también aporta su experiencia como proyeccionista en el cine club donde se desarrolla la trama. La historia de 'La noche está marchándose ya' está íntimamente ligada a la vivencia de sus creadores, quienes han sido testigos directos de la descomposición del entorno cultural en Argentina.
Sonzini señala que el proyecto nació de tres elementos clave: la necesidad de procesar la crisis actual, la centralidad del cine club en la narrativa y la participación de Bertone, quien previamente había trabajado con ellos. "Filmar en el cine se sintió como un exorcismo", afirma el director, revelando que, aunque la situación no es tan trágica como la que se presenta en el film, la gestión pública sigue siendo altamente problemática.
El camino para completar este proyecto fue arduo, con escaso tiempo para el guion y la producción, una tarea que se llevó a cabo en solo unas semanas. En medio de este apremio, decidieron optar por el blanco y negro como una manera de acercarse a la tradición del cine del cine club, usando un simbolismo que evoca a grandes cineastas del pasado.
Ambos cineastas han mencionado la influencia de películas de los años 30, que retratan a personajes tocados por crisis económica, utilizando el humor en un contexto sombrío. Esa época brilló por ser un período de grandes desafíos sociales, una realidad que, según ellos, actualmente refleja la situación en Argentina.
"Desde la llegada al poder de Milei, hemos experimentado un cambio drástico", comenta Sonzini. La crisis afecta directamente a los cineastas, quienes han visto una drástica disminución en sus oportunidades laborales, pasando de una actividad constante a la incertidumbre de no trabajar en 2024.
En 'La noche está marchándose ya', existe una intención de abordar esta crisis desde una perspectiva tanto narrativa como estética, permitiendo a los realizadores jugar con el medio y disfrutar del proceso creativo, a pesar de la angustiante posibilidad de nunca volver a filmar.
El panorama en el que Milei considera al cine como una amenaza es inquietante para los cineastas, quienes resisten a través de una producción que refleja tanto su dedicación como la solidaridad de un grupo amplio de personas que enfrentan situaciones similares de precariedad.
Salinas remarca que, a pesar de las dificultades económicas, muchos decidieron colaborar en la película, no por la expectativa de que fuera seleccionada en un festival, sino por la necesidad de encontrar conexión y apoyo en un momento crítico.
La historia del filme también aborda el refugio de los indigentes, representados por los 'naranjitas', quienes encuentran en el cine club un lugar seguro gracias a la generosidad de Pelu.
Para ofrecer un trasfondo más profundo a la propuesta, han incluido en el filme la canción 'La noche está marchándose ya' de José Luis Perales, interpretada en versión cuarteto, un homenaje a la cultura popular cordobesa. Este tema provoca reflexiones sobre el futuro y el impacto del presente en la narrativa de la obra.
Sonzini considera que este canto podría ser un título alternativo para el film, y, aunque ambos cineastas enfrentan la incertidumbre sobre su futuro profesional, se comprometen a seguir involucrándose en la creación cultural en espacios como el cine club.
El "gran problema", como lo describe Sonzini, radica en la imposibilidad de sostenerse económicamente a partir de su labor. Sin embargo, hace un llamado a la esperanza y hace un llamado a imaginar un futuro en el que el cine se convierta en un sistema público robusto, una vez que Milei ya no esté en el poder. Un sistema que superaría las limitaciones del pasado.
Salinas enfatiza que el cine argentino ha logrado recuperarse de crisis anteriores y más severas y que, aun en este contexto adverso, los cineastas han demostrado su capacidad de organización y resistencia ante adversidades mucho más formidables.
Así, mantienen una fe cautelosa en su capacidad para seguir creando películas y contribuir desde su Córdoba natal a la diversidad del cine argentino, que hoy es representado en la celebración en la Semana Internacional de Cine de Valladolid.
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