VALLADOLID, 3 Dic.
Las calles del centro de Valladolid se han llenado por completo para dar la bienvenida a Concha Velasco, quien ha regresado a su ciudad natal después de 84 años. Esta "muchachita de Valladolid", siempre ha presumido de su vínculo con esta ciudad y ahora descansa en el Panteón de Ciudadanos Ilustres del cementerio del Carmen.
Desde temprano en la mañana, a pesar del frío, miles de personas se han aglomerado alrededor de la Catedral, donde se han llevado a cabo sus honras fúnebres presididas por el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello. También se han celebrado en el teatro Calderón, "su teatro", el lugar donde anunció su retiro y donde alcanzó grandes éxitos.
A las 12 horas, el cortejo fúnebre, proveniente del teatro La Latina de Madrid, llegó al Teatro Calderón escoltado por ocho motocicletas de la Policía Municipal. Cientos de personas quisieron rendir homenaje a la que siempre será recordada como "una chica yeyé", ofreciendo una ovación larga y emotiva, acompañada de gritos de "¡Viva Concha Velasco!"
En ese momento, el alcalde Jesús Julio Carnero y la primera teniente de alcalde, Irene Carvajal, colocaron una corona sobre el coche fúnebre. La corona decía "Teatro Calderón" y estaba acompañada de un ramo de rosas blancas con el mensaje "Concha Velasco, Valladolid nunca te olvidará".
El cortejo fúnebre se dirigió luego a la Catedral Metropolitana, donde miles de personas abarrotaban las calles adyacentes. A las 12.09 llegaron los restos de esta ilustre vallisoletana al templo, siendo recibidos con un largo aplauso respetuoso por parte de los presentes, algunos de ellos llenos de emoción.
Junto a Concha Velasco se encontraban sus hijos, Manuel Velasco y Paco Marsó, así como su único nieto Samuel Marsó. Ellos han podido experimentar "la auténtica devoción de cariño" tanto de Valladolid como de toda España, según el menor de los hijos.
El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ofició la liturgia de las exequias en memoria de la artista, refiriéndose a ella como "Concha Velasco, doña Concha Velasco, Conchita Velasco", y aseguró que ella ha pasado "a un nuevo escenario, un escenario lleno de silencio... un escenario en el que se ha encendido la luz del Cielo".
"Un escenario que esconde el secreto del alma inmortal en el que aún no se ha manifestado lo que seremos", afirmó el prelado. Agregó que "lo que se manifestará tiene que ver con la Gloria".
En la Catedral, en primera fila, se encontraban los hijos, nieto y la familia de esta "muchachita de Valladolid". También estuvieron presentes el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco; la delegada del Gobierno, Virginia Barcones; los miembros de la Corporación Municipal encabezada por el alcalde, Jesús Julio Carnero; los ministros de Transportes, Óscar Puente, y de Igualdad, Ana Redondo; el exalcalde Javier León de la Riva; la esposa del también fallecido exalcalde Tomás Rodríguez Bolaños; el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, y los consejeros Gonzalo Santonja y María González Corral.
Al finalizar las exequias, Manuel Velasco dio las gracias a Valladolid y a toda España por el reconocimiento y el cariño hacia su madre y su ciudadanos. Los restos mortales de Concha Velasco salieron de la Catedral al son de los violines interpretando su canción "Una chica yeyé".
Al salir del templo, las miles de personas que llenaron la plaza de la Universidad y todo el recorrido del cortejo fúnebre manifestaron nuevamente su respeto y cariño a la artista con un prolongado aplauso.
Los restos mortales de Concha Velasco fueron trasladados al cementerio del Carmen, donde descansan en el Panteón de Personajes Ilustres de la ciudad. Reposan junto a escritores como Rosa Chacel, Miguel Delibes o José Zorrilla, el médico e investigador Pío del Río Hortega, el bailarín Vicente Escudero y el poeta y periodista Emilio Ferrari.
Concha Velasco siempre se enorgulleció de su condición de vallisoletana y, como mencionó su hijo, era una vallisoletana más, pero muy querida. Así lo ha demostrado su ciudad a lo largo de su carrera artística, dando su nombre a una sala del LAVA, a una calle y a una placa del teatro Calderón. Además, en 2018, recibió la máxima distinción, la Medalla de Oro de la ciudad. Valladolid siempre la recordará.
Valladolid, la ciudad en la que Concha Velasco promocionó su Semana Santa en 1999 y que le otorgó la Espiga de Oro de Honor y la Espiga de Oro a la mejor actriz en la Semana Internacional de Cine (Seminci).
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