
El pasado lunes, el presidente de la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid anunció verbalmente la sentencia que ya es definitiva. Esta condena de siete años de prisión ha sido aceptada por Jesús Ignacio F.M., quien se ha declarado culpable de una tentativa de homicidio contra una agente de la Policía Nacional, a quien atacó severamente, causándole heridas en el rostro y en el cuello. El incidente se produjo cuando los agentes acudieron a su domicilio en respuesta a un posible caso de violencia de género.
La decisión, que ya había sido acordada previamente entre las partes implicadas, fue finalmente ratificada durante una breve audiencia. Durante esta sesión, el acusado no solo se hizo cargo de la tentativa de homicidio, que conlleva una pena de seis años, sino que también admitió haber cometido un delito de atentado, por el que deberá cumplir otros nueve meses de cárcel. A estos se suman tres meses por tenencia ilícita de armas y dos delitos de lesiones leves, que resultaron en multas de 300 euros cada una por las heridas infligidas a otros dos agentes.
El tribunal, en acuerdo con todas las partes, ha considerado atenuantes en el caso del acusado, tales como la reparación del daño, ya que ha comenzado a pagar parte de las indemnizaciones, así como una alteración psíquica que ha influido en su comportamiento. Además de la pena privativa de libertad, el condenado enfrentará restricciones que le prohíben acercarse a la agente afectada a menos de 500 metros durante los próximos dieciséis años. También estará bajo libertad vigilada durante una década tras su liberación.
Por otro lado, Jesús Ignacio deberá abonar un total de 75.000 euros en indemnizaciones, de los cuales 70.000 serán destinados a la agente principal afectada, mientras que otros 4.655 y 350 euros irán a los dos compañeros heridos en el incidente.
El violento episodio tuvo lugar el 7 de enero de 2023, cuando la policía recibió un aviso sobre una posible situación de violencia de género en un hogar de la calle Azalea, en el barrio de Las Flores. Al llegar, los agentes encontraron a Jesús Ignacio F.M., quien presentaba un trastorno depresivo y rasgos paranoides, que se mostró hostil y amenazador desde la ventana.
En medio de las amenazas, que incluían advertencias de terminar con la vida de los agentes, los policías iniciaron una negociación tratando de liberar a la esposa e hijos del acusado. Sin embargo, este no solo se negó a entregarse, sino que continuó lanzando insultos y amenazas mientras empuñaba una navaja, abriendo repetidamente la puerta de su domicilio.
La situación escaló cuando, en un momento crítico, Jesús Ignacio emboscó a uno de los policías con el arma, lo que llevó a otro agente a intervenir con su arma reglamentaria. A pesar de su intervención, el acusado logró escapar hacia el interior de su vivienda, aunque finalmente salió de sorpresa con una navaja "Karambit", un arma prohibida, y atacó a un agente, hiriéndolo en el hombro y el antebrazo.
La agresión culminó cuando Jesús Ignacio logró inmovilizar al agente y lo atacó en el cuello, mientras continuaba amenazándolo con frases extremas, hasta que fue finalmente reducido por los compañeros. Además, el acusado ha reconocido su culpa por las lesiones causadas a otros dos agentes que intervinieron en la detención y protección de su compañero.
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