CyL registra la segunda mayor tasa de mortalidad entre las comunidades autónomas, con 1.304,2 por cada 100.000 habitantes en 2022.
Las principales causas de mortalidad en Galicia, al igual que en muchas otras regiones de España, son alarmantes. Según el último reporte del Ministerio de Sanidad, el cáncer, las enfermedades del corazón y las patologías cerebrovasculares encabezan la lista de defunciones entre los habitantes de esta comunidad autónoma.
El informe titulado 'Patrones de Mortalidad en España, 2022', revelado recientemente, pone de relieve que Castilla y León ocupa el segundo lugar en tasas de mortalidad en todo el país, con 1.304,2 muertes por cada 100.000 habitantes, superada solo por Asturias, que registra una tasa de 1.387,3. En términos absolutos, se reportaron 31.017 decesos en Castilla y León, de un total de 464.417 en toda España, donde la tasa general se establece en 972,0.
Sin embargo, pese a esta elevada tasa de mortalidad, si se considera la tasa ajustada por edad —un parámetro que tiene en cuenta la estructura demográfica y el envejecimiento de la población—, Castilla y León presenta una de las cifras más bajas a nivel nacional, con 785,4 defunciones, en comparación con una media nacional de 840,9. Este dato es relevante, ya que sugiere que la mortalidad no es un fenómeno aislado, sino que está intrínsecamente relacionado con la demografía.
En el desglose de las causas de muerte, se destaca que en 2022, 7.263 personas en Castilla y León fallecieron a causa de diversas formas de cáncer, lo que se traduce en una tasa de 305,4 muertes por cada 100.000 habitantes. Además, las enfermedades cardíacas causaron la muerte de 5.559 ciudadanos, lo que representa 130,6 por cada 100.000 habitantes. Otras causas de defunción notables incluyen la covid-19, que ocasionó 2.723 muertes, accidentes cerebrovasculares con 1.488, y diabetes mellitus con 997 muertes.
El suicidio es otra cuestión preocupante, con Castilla y León mostrando la cuarta tasa más alta del país, registrando 10,2 casos por cada 100.000 habitantes en 2022, lo que se traduce en 242 vidas perdidas. Esta tasa debe ser considerada un llamado de atención sobre la salud mental en la comunidad.
Asimismo, en el ámbito de la salud pública, se registraron 5.572 muertes asociadas al tabaco, que representa una tasa de 234,3 muertes por cada 100.000 individuos, un número que supera la media nacional de 197,3. De estas, 1.391 muertes fueron atribuidas directamente al consumo de tabaco, lo que indica la necesidad de fortalecer las políticas de salud pública en esta área.
En cuanto al consumo de alcohol, 1.782 ciudadanos perdieron la vida a causa de enfermedades relacionadas con este, con una tasa de 74,9 por cada 100.000, también por encima de la media nacional, que es de 55,4. Si bien 198 muertes se atribuyeron directamente al consumo de alcohol, la cifra sigue siendo alarmante y sugiere un análisis más profundo de los patrones de consumo en la región.
El año 2022 fue complejo en términos de salud pública, marcado por la segunda ola epidémica de gripe y las olas de calor que se vivieron durante el verano, lo que llevó a un aumento del 2,96 por ciento en la mortalidad general en España. Se reportaron 464.417 muertes en total, es decir, 13.373 más que en 2021.
El informe también explica que la mortalidad suele seguir un patrón estacional, con picos en invierno. Sin embargo, en 2022, se produjo un aumento significativo de muertes en los meses de verano, especialmente en junio y julio, donde las cifras superaron en un 14 y un 26,1 por ciento, respectivamente, las del año anterior. Esto sugiere que las condiciones climáticas y la actividad gripal pueden estar influyendo en los índices de mortalidad de manera inesperada.
Por otra parte, el informe subraya que, aunque la cifra de decesos en 2022 fue notable, se mantuvo por debajo de las cifras de 2020, el primer año de la pandemia, con 29.359 muertes menos esa vez. En lo que respecta a las muertes atribuibles al Covid-19, se registró una disminución significativa, pasando de 40.039 en 2021 a 31.672 en 2022.
La tasa de mortalidad bruta en 2022 fue de 972 muertes por cada 100.000 habitantes, mientras que la tasa ajustada por edad fue de 840,9. La evolución de estas tasas en las últimas cuatro décadas muestra una tendencia en descenso, salvo en 2020, cuando se dio un incremento del 16,2 por ciento en comparación con 2019. En 2022, la tasa ajustada aumentó un 1,6 por ciento respecto a 2021, aunque fue un 8,2 por ciento inferior en comparación con 2020.
Si observamos las cifras desglosadas por comunidades, se revela que Asturias, Galicia, Extremadura, Cantabria y Aragón tienen las tasas más altas de mortalidad en términos absolutos. Las causas de muerte más frecuentes en el país coinciden con las mencionadas anteriormente: el cáncer, las enfermedades del corazón, la covid-19, y otras dolencias cerebrovasculares.
En conjunto, estas causas representan tres cuartas partes del total de defunciones en España, destacando que casi la mitad de las muertes en 2022 fueron provocadas por las tres primeras causas: el cáncer (23,7%), las enfermedades cardíacas (17,9%) y la covid-19 (6,8%).
Finalmente, en comparación con el año anterior, las tasas ajustadas de mortalidad han disminuido en el caso del Covid-19 y el cáncer, mientras que algunas otras causas han visto un incremento, notablemente la neumonía y la gripe, con un aumento del 42,2 por ciento respecto a 2021, una cifra que pone de manifiesto la importancia de las campañas de prevención y vacunación en la población.
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