
El pasado 2 de mayo en Ávila, un hombre buscado por la justicia fue arrestado en un pueblo de La Moraña. Este individuo no solo tenía un alerta de búsqueda, sino que también era considerado de riesgo extremo en relación a un caso de violencia de género perpetrado contra su expareja.
Según información proporcionada por la Guardia Civil, durante el operativo de detención, el sospechoso intentó escapar de manera temeraria saltando de un tejado a otro en el municipio de La Moraña.
Los acontecimientos se desencadenaron días antes, cuando una mujer acudió a la Guardia Civil para reportar la violación constante de las medidas de protección impuestas a su expareja, quien además había amenazado de muerte a la víctima. Tras analizar la situación, los agentes determinaron que existía un "riesgo extremo" para la mujer, lo que llevó a activar los protocolos necesarios para su seguridad y seguimiento.
La situación se tornó aún más alarmante cuando el actual pareja de la denunciante notificó a las autoridades que había visto al agresor merodeando cerca de la casa de la víctima y, lo que es más preocupante, ocultando un cuchillo de grandes dimensiones entre la maleza.
Frente a este escenario tan grave, la Guardia Civil intensificó la vigilancia sobre la mujer. Ella, en un momento posterior, se pone en contacto nuevamente con los agentes para informar que el agresor había intentado citarla cerca de unas piscinas públicas en Arévalo.
Los investigadores de la Guardia Civil comenzaron a recoger pistas que señalaban que el detenido podría estar refugiado en una vivienda local. Tras detectar movimientos sospechosos, solicitaron permiso judicial para ingresar a la propiedad y proceder a su arresto.
Al llegar al lugar, los agentes encontraron la puerta bloqueada por diversos objetos, lo que permitió que el sospechoso lograra escapar a través de una salida en el techo, cayendo en un patio común. Esta huida llevó a la Guardia Civil a activar un dispositivo de búsqueda que incluyó drones y un exhaustivo reconocimiento de los aledaños.
Gracias a la colaboración de los ciudadanos, finalmente se pudo localizar al hombre escondido detrás de unos contenedores y camuflado con un saco y una estructura de madera. A pesar de sus intentos de disiparse, ofreció resistencia antes de su captura.
La operación fue coordinada por la Compañía de la Guardia Civil de Arévalo junto con la Unidad de Seguridad Ciudadana, y como resultado de la gravedad de los hechos, un juez decretó su ingreso directo en prisión.
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