En la jornada del 27 de enero en Palencia, se dio a conocer un incidente que pone de relieve los desafíos de la seguridad en las instituciones penitenciarias. El personal de la prisión de La Moraleja tomó la iniciativa de contactar a la Guardia Civil tras observar comportamientos sospechosos en un recluso de 22 años, de nacionalidad colombiana. Durante una visita autorizada por parte de sus familiares, surgieron dudas sobre la posibilidad de que el interno pudiera estar introduciendo en su organismo sustancias ilegales.

Tras la alerta, el interno fue trasladado de inmediato al Hospital Río Carrión, donde se realizaron pruebas diagnósticas para confirmar o descartar las sospechas del personal penitenciario. Fuentes de la Guardia Civil informaron que, luego de realizar una radiografía, se detectaron tres cuerpos extraños en el recto del reo. Ante esta evidencia, el interno decidió colaborar y accedió a expulsar dichos objetos de manera voluntaria.

Los cuerpos extraños que fueron hallados, según los informes médicos, contenían una cantidad preocupante de hachís, que alcanzaba un peso total de 48,5 gramos. Este hallazgo resalta la constante lucha que enfrentan las autoridades para prevenir la entrada de droga en las prisiones, un tema crítico para la seguridad y el orden dentro de estos centros de reclusión.

Una vez que se verificó que el estado de salud del interno era el adecuado, fue reingresado al Centro Penitenciario de La Moraleja, donde los funcionarios de Instituciones Penitenciarias se encargaron de llevarlo de vuelta a su celda. Este procedimiento es parte de los protocolos que se siguen tras la identificación de situaciones anómalas dentro del recinto.

Las diligencias relacionadas con este caso, junto con las sustancias estupefacientes que fueron incautadas, han sido puestas a disposición del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 4 de Castilla y León, en Palencia. Este episodio subraya la importancia de mantener estrictas medidas de control y vigilancia en las cárceles para evitar que la criminalidad se infiltre en el sistema penitenciario.