
La Fiscalía ha presentado su demanda de dos años y diez meses de prisión para un acusado que se enfrenta a múltiples cargos, entre ellos coacciones, maltrato y acoso. Este caso se ha desatado tras el trágico suceso que ocurrió en la madrugada del 14 de enero en Viana de Cega, donde el novio actual de la expareja del acusado perdió la vida. Se alega que este acto violento fue motivado por celos, y el acusado, Jorge M.S., deberá enfrentar no solo el cargo de asesinato, sino también la denuncia de violencia de género presentada por su exnovia, quien ahora mantiene una relación con el fallecido.
El juicio está programado para llevarse a cabo en el Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid a las 12:00 horas. Jorge M.S., un hombre de 42 años y militar de origen dominicano, se encuentra actualmente en prisión provisional en el Centro Penitenciario de Valladolid. Se enfrenta a una posible condena total de dos años y diez meses de cárcel, según lo solicitado por la Fiscalía, que califica su comportamiento como coacciones, maltrato y acoso.
La Fiscalía ha pedido específicamente ocho meses de cárcel por cada uno de los delitos de coacciones y maltrato, así como dieciocho meses de prisión por el delito de acoso. Además, se plantean medidas de restricción que prohíben al acusado acercarse a la víctima o comunicarse con ella. El maltrato, según el informe del fiscal, ocurrió la misma noche del crimen, mientras que los otros dos delitos están relacionados con episodios ocurridos casi un año antes, cuando el acusado y la denunciante no estaban juntos. Uno de los incidentes denunciados tuvo lugar en la casa del acusado en Valladolid, mientras que el otro se dio en la calle en Viana de Cega.
En este contexto, se mantiene la incertidumbre sobre si el juicio se desarrollará de manera pública o a puerta cerrada, dado que la acusación ha solicitado que sea privado. Este hecho añade una carga adicional de complejidad a un caso ya de por sí sensible e intrincado.
El acusado ha hecho uso de su derecho a no declarar en varias ocasiones, incluyendo su primera aparición ante el juez tras su arresto el 15 de enero. Se encuentra bajo custodia en una prisión comunicada y sin opción a fianza después de ser llevado ante el Juzgado de Instrucción número 5, que luego derivó el caso al Juzgado de Instrucción 4.
No solo se ha presentado la demanda de la Fiscalía en este caso, sino que también se ha constituido como acusación popular la Asociación Defensa Integral Víctimas Especializada (Adive), representada por el abogado Jorge Piedrafita. Esta asociación tiene antecedentes en casos similares, como el tiroteo que tuvo lugar en julio de 2022 en Santovenia de Pisuerga, y busca un tratamiento respectivo y justo para las víctimas de violencia.
En paralelo a este proceso por asesinato, se ha abierto otra causa en virtud de la denuncia presentada por la exnovia del acusado, quien al mismo tiempo que fue testigo del trágico incidente, también formuló cargos contra el militar por acoso y maltrato. Esta segunda causa está programada para ser juzgada el 30 de enero, lo que suma aún más tensión y atención mediática a un caso que ha capturado el interés del público y del sistema judicial.
El móvil detrás del asesinato parece ser los celos, dado que el crimen ocurrió aproximadamente a las 03:00 horas del 14 de enero. El así llamado "verdugo" llegó al hogar donde reside su expareja y su actual novio, Jorge M., y tras un enfrentamiento, utilizó una navaja para asestar múltiples heridas a la víctima, lo que le costó la vida en el mismo lugar del conflicto.
Según los informes, la pareja del fallecido, que también es la exnovia del acusado, pidió ayuda a familiares que viven en el mismo edificio. Ante su llamado, tres hermanos de la víctima acudieron al lugar y lograron desarmar al atacante, aunque durante este enfrentamiento, tanto la mujer como uno de los hermanos, de 32 años, resultaron lesionados. El interventor del conflicto retuvo al agresor hasta que llegó la patrulla de la Guardia Civil.
Es notable que el acusado, quien ha sido un militar destinado en la base de El Empecinado en Santovenia de Pisuerga, había mantenido una relación de aproximadamente veinte años con su expareja. Se habían separado hacía unos dos años y comparten la responsabilidad de dos hijas, aspecto que añade una capa muy delicada a los ya complejos acontecimientos que se están desarrollando en este proceso judicial.
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