El jueves 8 de mayo, el Parlamento Europeo ha tomado una decisión controvertida que ha generado diversas reacciones entre los ciudadanos. Con una clara mayoría de 371 votos a favor, la Cámara ha dado luz verde a la propuesta de la Comisión Europea para modificar el estatus del lobo, que actualmente es considerado una especie "estrictamente protegida", y degradarlo a la categoría de "protegida".

Este respaldo se produce en un contexto donde el objetivo es alinear la legislación sobre el lobo en la Unión Europea con lo establecido en el Convenio de Berna. La votación también mostró una división notable, con 162 representantes en contra y 37 que optaron por la abstención, lo que pone de manifiesto las diferencias de opinión existentes entre los diferentes Estados miembros sobre cómo manejar esta especie.

Los países miembros ya habían dado su aprobación previa a esta propuesta de la Comisión, sin realizar modificaciones, lo que significa que ahora solo resta un último paso: la ratificación formal por parte del Consejo de la UE para que esta normativa entre en vigor. Este procedimiento demuestra una marcha acelerada en el proceso legislativo, a pesar de la controversia que genera.

A pesar de este cambio en el estatus, es importante señalar que el lobo seguirá siendo objeto de protección. Los Estados miembros deberán implementar medidas efectivas de conservación y gestión para garantizar que la población de lobos mantenga un estado de conservación favorable, lo cual es esencial para la preservación de esta especie emblemática. Sin embargo, el futuro de este animal y su relación con la actividad humana sigue siendo un tema de debate intenso en el continente europeo.