Villalar, un pequeño municipio de Valladolid, se ha convertido nuevamente en el núcleo central de la celebración del Día de Castilla y León. Esta festividad, que conmemora el espíritu de los Comuneros, ha reunido a miles de asistentes bajo el sol radiante y un ambiente festivo, ofreciendo música en vivo y un variado mercado bajo el lema "Castilla Libre y poder popular".
Con un clima más cálido de lo habitual para la temporada, miles de personas llegaron a este pueblo de solo 500 habitantes, disfrutando de las múltiples actividades al aire libre, rodeados por coloridas carpas que ofrecían servicios y entretenimiento para todos los gustos.
La jornada festiva ha mantenido un ambiente de normalidad, comenzando el martes 22 con 1.200 asistentes, cifra que se disparó a 11.000 al mediodía del miércoles, y alcanzó un total de 22.000 personas y 7.000 vehículos durante la tarde, según los informes de la Subdelegación del Gobierno.
Como es habitual, el evento ha tenido un fuerte componente reivindicativo. Durante la celebración, se han alzado voces contra el crecimiento desmedido de macrogranjas y plantas de biogás, convocando a proteger los servicios públicos y mantener la calidad de la sanidad bajo lemas como "Macrorrenovables fuera" y "Planta de biometano No en Castilla y León".
Las actividades institucionales comenzaron alrededor de las 10.30 horas con una ofrenda floral a los Comuneros, evento al que asistió la ministra de Igualdad, Ana Redondo, además de la lectura del "Canto de Esperanza" por representantes de los sindicatos CCOO y UGT, Vicente Andrés y Óscar Lobo, respectivamente.
El alcalde de Villalar, Luis Alonso Laguna, aprovechó la ocasión para hacer un llamado a la "normalización" de las cosas, afirmando que Villalar se erige como un "símbolo de resistencia" en el contexto de las luchas sociales actuales.
Representantes del PSOE, entre los que se encontraba el exsecretario general del PSOECyL, Luis Tudanca, también participaron en la ofrenda, donde criticaron la falta de presencia de la "derecha" en la celebración, sugiriendo que esta no respeta ni defiende los intereses de Castilla y León.
Juan Gascón, coordinador de IU, realizó su ofrenda acompañado por líderes de organizaciones sociales, quienes abogaron por mejorar el sistema sanitario y condenaron las macrogranjas y las plantas de biogás que afectan el medio ambiente y la salud local.
Los líderes sindicales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, también tomaron la palabra, denunciando el desapego de la Junta hacia Villalar y exigiendo una postura firme sobre la festividad, que aseguran “pervivirá a pesar de los intentos de censura”.
Por su parte, Pablo Fernández, líder de Unidas Podemos en la región, pidió una "revolución ciudadana" que desplazaría a la derecha y garantizaría los servicios públicos, mientras exigía la dimisión del ministro Marlaska y argumentaba que el presidente Sánchez debería someterse a una cuestión de confianza tras sus decisiones políticas recientes.
Sin embargo, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, no pudo asistir debido a la reprogramación de un homenaje a Félix Pérez, un destacado defensor de la música folk regional, previsto para ese mismo día, mientras el Gobierno autonómico guardaba luto tras la muerte del Papa Francisco.
No obstante, Fernández Mañueco envió un mensaje a través de las redes sociales, abogando por una comunidad "fuerte, solidaria y llena de oportunidades" que beneficie a todos sus habitantes.
Después de los actos en el monolito, el enfoque reivindicativo se trasladó a la campa, donde se leyó un manifiesto de organizaciones no gubernamentales que abogan por la justicia social y que han sido objeto de críticas por parte de ciertos sectores políticos.
En el documento, los firmantes abordaron la coyuntura geopolítica actual, destacando la necesidad de una "acción decidida y valiente" del Gobierno regional para apoyar a los sectores más vulnerables ante posibles repercusiones económicas debido a políticas comerciales internacionales desfavorables.
Entre las críticas expresadas se mencionó el aumento del Salario Mínimo, que algunos sectores consideran insatisfactorio, mientras que ignoraban las amenazas externas que podrían afectar la economía local, resaltando la importancia de proteger la riqueza y el empleo en la Comunidad.
Asimismo, el manifiesto condenó las situaciones de conflicto mundial, llamando a reconocer la lucha por la paz y denunciando lo que consideran un "genocidio" contra el pueblo palestino y la invasión rusa en Ucrania.
El documento, titulado "Por un Villalar contra las desigualdades y por la solidaridad", fue respaldado por numerosos colectivos y organizaciones que abogan por una política social más equitativa en Castilla y León.
Los manifestantes también tomaron en cuenta la importancia de reforzar el sistema de salud pública, enfatizando la necesidad de inversión adecuada y atención profesional para garantizar tratamientos de calidad, sin que se presente discriminación por residencia.
Finalmente, el manifiesto exigió mayor atención a temas como los derechos de las mujeres y el impacto del cambio climático, haciendo un llamado a un pacto amplio contra la violencia de género y solicitando el establecimiento de leyes locales que aborden la diversidad y la protección del entorno, buscando el desarrollo sostenible y el bienestar de la población local.
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