El acusado, que no compareció a la vista en enero de 2022 tras alegar que padecía covid, estuvo en busca y captura por este motivo
El próximo día 21 de septiembre, la Audiencia de Valladolid juzgará a un hombre identificado por las iniciales A.G.E., quien podría enfrentarse a una condena de casi ocho años de cárcel por una peligrosa persecución policial en coche que tuvo lugar en noviembre de 2019. Este individuo, que ya ha sido condenado en varias ocasiones por conducir sin carné, incluso llegó a arrojar una maza de grandes dimensiones a sus perseguidores.
Según fuentes jurídicas, el acusado acumula un historial delictivo entre los años 2002 y 2019, con varias condenas que suman un total de seis años y medio de prisión, además de la prohibición de conducir vehículos a motor durante más de catorce años. Estas condenas incluyen dos por atentado, otras dos por conducir bajo la influencia del alcohol y tres más por conducir sin permiso.
La vista oral, que originalmente estaba programada para el 12 de enero de 2022, no se llevó a cabo debido a la ausencia del acusado, quien afirmó haber acudido al Centro de Salud de La Pilarica esa misma mañana debido a su supuesta enfermedad por covid. Sin embargo, el tribunal consideró que su ausencia no estaba justificada y emitió una orden de busca y captura en su contra.
En este nuevo juicio, la Fiscalía imputa al acusado un delito de conducción temeraria, agravado por su reincidencia, así como otro delito de atentado con un objeto peligroso y un tercero de conducción sin permiso, con el agravante de multirreincidencia en estos últimos. Las penas solicitadas suman un total de siete años y nueve meses de prisión, además de la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante seis años.
En esta ocasión, el acusado deberá responder por la peligrosa huida que protagonizó en la madrugada del 15 de noviembre de 2019 en la A-62, a bordo de un BMW, después de evadir un control policial que había sido establecido a la salida de Valladolid tras recibir información sobre un robo en una gasolinera.
Los agentes ya estaban persiguiendo a un Seat León que se dirigía hacia Fuensaldaña, un vehículo similar al utilizado en el robo, cuando el acusado se unió a la persecución en su BMW, el cual se encontraba detenido en la incorporación a la A-62.
Ambos conductores hicieron caso omiso de las señales de los agentes para detenerse y emprendieron la huida a una velocidad de 200 kilómetros por hora. Durante la persecución, el conductor del Seat León logró escapar del coche patrulla tomando la salida a Zaratán, pero luego reapareció por detrás de los agentes, superándolos y colocándose entre ellos y el BMW. Para frenar a los perseguidores, el conductor del Seat León comenzó a arrojar por la ventana un polvo gris, posiblemente de un extintor, que dificultaba la visibilidad y puso en peligro la vida de los agentes.
Finalmente, el Seat León abandonó la autovía en la salida 142, mientras que los agentes continuaron persiguiendo al BMW del acusado en dirección a Tordesillas, luego se incorporaron a la A-6 en dirección a Madrid y finalmente realizaron un cambio de sentido para regresar a la A-62 en dirección a Valladolid.
Según el fiscal del caso, fue en el kilómetro 144 cuando el acusado comenzó a arrojar objetos por la ventana, incluyendo una maza de grandes dimensiones que golpeó el vehículo policial, poniendo en peligro la vida de los ocupantes y de otros conductores en la A-62.
La huida llegó a su fin en un filtro que la policía había establecido en el kilómetro 134 para desviar el tráfico hacia una vía de servicio. En ese momento, el coche del acusado colisionó con la parte trasera de un camión, y el acusado intentó huir del lugar, aunque fue detenido por uno de los agentes, quien realizó un disparo intimidatorio al suelo. Finalmente, ambos agentes sacaron al acusado por la ventana del conductor, ya que la puerta quedó bloqueada debido al impacto.
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