VALLADOLID, 19 Sep.

El programa piloto de asistencia en el hogar de la Junta de Castilla y León, llamado 'Rural Care', ha registrado su éxito al atender a 183 personas con una edad promedio de 82 años y con "grados elevados de dependencia". Estos datos superaron en un 25 por ciento la previsión inicial de beneficiarios (que era de 150 personas).

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, resaltó en la presentación de los resultados del programa 'Rural Care' su "flexibilidad y accesibilidad", así como su "óptima relación costo-resultado en comparación con los centros especializados". Además, afirmó que ofrece "mejores resultados que la alternativa residencial".

"Nuestro objetivo es atender a las personas desde sus propias decisiones, pero con una planificación que permita a los profesionales anticiparse a los problemas", explicó la consejera. Detalló que la mayoría de las intervenciones se realizaron en hogares considerados de alto riesgo debido a la avanzada edad de sus residentes, ya que el 73 por ciento de los atendidos tiene 80 años o más, con una edad promedio de 82 años. Además, el 43,1 por ciento presenta un grado alto o muy alto de dependencia.

Este programa, que fue iniciado por la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León en 2020, continuará hasta octubre de 2023. Además de la Junta de Castilla y León, cuenta con otros cuatro socios, incluyendo a la European Social Network, la Diputación de Valladolid, la Universidad de Valladolid y la Fundación Personas, esta última encargada de proporcionar los servicios.

'Rural Care' forma parte del programa 'A Gusto en Casa' y se presenta como una alternativa a la atención en centros residenciales. Su objetivo es crear hogares seguros donde las personas puedan permanecer en su entorno mientras reciben los apoyos, servicios y prestaciones necesarias para vivir según sus propios proyectos de vida.

Isabel Blanco destacó además la naturaleza rural del programa y afirmó que no solo ofrece beneficios en términos de cuidados, sino que también representa una oportunidad para impulsar la actividad económica, generar empleo, asentar población y promover la igualdad de oportunidades. De hecho, señaló que de los 50 asistentes personales que trabajan con la Fundación Personas, 48 son mujeres.