Este martes, Tordesillas fue el escenario del emblemático festejo del Toro de la Vega, un evento que atrajo a miles de residentes y turistas, creando un ambiente festivo que una vez más llenó las calles del municipio vallisoletano. Como novedad, este año se incorporaron tecnologías modernas, destacando la presencia de un dron que monitoreó en tiempo real todo lo ocurrido durante la carrera del toro.
A primera hora de la mañana, un gran número de aficionados se dieron cita a lo largo del recorrido, que abarca desde la Calle Santa María hasta los prados de Zapardiel, incluyendo el puente, con el objetivo de observar de cerca a 'Saltavallas', un robusto morlaco de la ganadería 'Garcigrande'. Este animal ya había hecho su debut en el encierro de la noche anterior.
Precisamente a las once en punto, el distintivo toque del reloj y la explosión de bombas anunciaron la esperada suelta del toro, marcado con el número 94. Con un peso de 615 kilos, 'Saltavallas' se lanzó rápidamente por la empedrada Calle Santa María, donde los corredores se prepararon para sus primeros embates, conforme indicaron fuentes del ayuntamiento.
Tras un tramo urbano veloz, 'Saltavallas' dejó atrás la zona del puente y la rotonda, dirigiéndose hacia la Vega, donde los corredores cedieron el paso a un numeroso grupo de caballistas que se congregaron en la zona. En su búsqueda del espacio abierto, el toro se adentró en los terrenos de Valdegalindo, ofreciendo un espectáculo que encantó a los jinetes presentes.
No obstante, pasados 45 minutos del inicio de la festividad, 'Saltavallas' cambió de rumbo, regresando por el Camino de Valdegalindo hasta acercarse de nuevo a la rotonda. En este punto, el toro generó momentos de inquietud al embestir contra las barreras, lo que alarmó a los muchos asistentes que lo presenciaban.
Una vez allí, el astado se acomodó junto a uno de los remolques, ignorando las llamadas de los corredores, algunos de los cuales intentaron lidiar con él lanzándole capotazos.
Ya pasadas las doce, tras la detonación de una bomba, se intentó mover a 'Saltavallas' de la zona donde se encontraba, gracias a la intervención de un grupo de caballistas y el uso de bueyes, aunque dicha intención resultó infructuosa.
Finalmente, siendo conscientes de la situación de riesgo tanto para el toro como para los asistentes, se tomó la decisión de sedar a 'Saltavallas' con la aprobación de los veterinarios, permitiendo así su retirada segura del espacio. Afortunadamente, el evento concluyó sin incidentes graves, salvo algunas lesiones menores a un caballo, que fueron atendidas, y daños en dos barreras.
El alcalde de Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira, afirmó que "el toro ha buscado en todo momento su entorno natural, evitando el asfalto y dirigiéndose hacia el campo, lo que ha deleitado a los caballistas". Destacó también la fortaleza del toro, que resistió casi dos horas de actividad durante el festejo.
Por primera vez, el evento del Toro de la Vega 2025 se realizó bajo la rigurosa supervisión de un dron de alta tecnología, pilotado por funcionarios de la Guardia Civil. Esta innovación permitió a las autoridades monitorear el evento de manera efectiva y adoptar las medidas necesarias para asegurar la seguridad de todos los presentes.
Acompañaron al alcalde, entre otros, la alcaldesa del municipio francés de Hagetmau, Pascale Requenna, y el subdelegado del Gobierno, Jacinto Canales, quienes se unieron a las festividades en Tordesillas.
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