VALLADOLID, 6 de mayo.

Recientemente, el Grupo Provincial Socialista ha instado al presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, a solicitar la dimisión del alcalde de Cigales, Jaime Rodríguez, del Partido Popular, después de que este diera positivo en un control de alcoholemia tras verse involucrado en un accidente. La situación ha generado un intenso debate en la política local.

Los representantes socialistas argumentan que, como consecuencia de este incidente, es imperativo que Rodríguez presente su renuncia y entregue su acta como concejal. Este tipo de comportamientos, según ellos, no son tolerables en un servidor público y deben ser abordados de inmediato por el liderazgo del PP en la provincia.

Patricia Gómez Urbán, vicesecretaria general del PSOE de Valladolid, subraya que el alcalde no ha mostrado señales de querer dimitir. En cambio, Rodríguez ha calificado su positivo en alcoholemia como una simple infracción administrativa, sugiriendo que la multa de 500 euros podría reducirse a 250 por pronto pago, y que perdería únicamente cuatro puntos de su licencia. Gómez Urbán critica esta visión, considerándola una falta de responsabilidad y una justificación inaceptable por parte del alcalde.

Francisco Ferreira, portavoz del PSOE en la Diputación, también ha enfatizado la importancia de que los políticos mantengan una conducta ejemplar. Según Ferreira, este tipo de incidentes no solo perjudican la imagen de los representantes públicos, sino que también afectan negativamente a la percepción de la comunidad sobre la política provincial. “La integridad es clave en nuestra labor. Nadie debería poner en riesgo a los ciudadanos”, afirma.

La reflexión es clara: cualquier nivel de consumo de alcohol es inaceptable para quienes conducen. Rodríguez, al no reconocer la gravedad de su falta, parece pasar por alto el hecho de que el alcohol, incluso en pequeñas dosis, puede comprometer la capacidad de reacción y la toma de decisiones necesaria para una conducción segura.

Los socialistas advierten que, al no exigir la dimisión de Rodríguez, el presidente de la Diputación puede estar enviando un mensaje erróneo: que es permisible para los alcaldes y concejales del Partido Popular conducir bajo los efectos del alcohol. Esta postura podría tener consecuencias perjudiciales para la seguridad vial y la confianza de los ciudadanos en sus representantes.