
El varón de origen ecuatoriano R.A.A.L. ha aceptado una condena de dos años de prisión por haber cometido tocamientos en el pecho a una menor de 14 años en abril de 2022, hija de su entonces pareja sentimental. La vista de conformidad celebrada en la Audiencia de Valladolid ha evitado la necesidad de juicio, en el que las acusaciones pública y particular se presentaban en principio con la petición de cinco años para el encausado. La comisión de un delito de abusos sexuales a menor de 16 años es el delito asumido por el autor de los tocamientos mediante la declaración de conformidad.
La atenuante analógica de toxicomanía y la atenuante de reparación del daño se aplican al condenado, lo que ha permitido la reducción de la pena a dos años de privación de libertad y el pago de una indemnización de 3.000 euros en favor de la menor en concepto de responsabilidad civil. Europa Press ha recogido la condena, que incluye la inhabilitación del condenado durante siete años para cualquier profesión o actividad remunerada o no que involucre contacto directo con menores, la prohibición de acercamiento o comunicación con la víctima durante cuatro años y libertad vigilada durante cinco años después de cumplir la pena.
A pesar de la condena privativa de libertad, la Audiencia Provincial ha acordado la suspensión de la ejecución de la condena, lo que significa que no tendrá que entrar en prisión. La Audiencia condiciona la suspensión de la ejecución de la condena a que R.A.A.L. se comprometa a permanecer a disposición del tribunal, a no volver a delinquir durante los tres próximos años, a abonar antes del 10 de junio de este año la totalidad de la indemnización impuesta, a cumplir las prohibiciones de comunicación y acercamiento a la víctima, a realizar un curso de educación sexual y a pagar una multa de 540 euros.
El delito ocurrió el 3 de abril de 2022, mientras el acusado convivía con su pareja y su hija de 14 años en un domicilio en el Paseo Juan de Austria de la capital vallisoletana. Durante la mañana de aquel día, se produjo una discusión de pareja que llevó a la intervención de la Policía Nacional para detener a la madre de la menor, hechos que dieron lugar a otro procedimiento distinto.
Después de que la policía se llevara detenida a la pareja del ahora condenado, éste se quedó a solas con la hija de la anterior y le propuso ver una película en la televisión. Ambos se acomodaron en el sofá tumbados de lado, y él se situó detrás de ella. En un momento dado, el condenado introdujo su mano bajo la camiseta del pijama de la menor hasta llegar al pecho, donde la mantuvo unos segundos hasta que tuvo que consultar un mensaje del teléfono móvil. Una vez que atendió el mensaje, el encausado volvió a introducir su mano y acariciar el pecho de la menor mientras ella permanecía paralizada. Fue en ese momento cuando la víctima decidió levantarse para llamar por teléfono a su abuela, vestirse e irse de la vivienda.
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