
Veterinarios de Valladolid se han congregado hoy frente a la Subdelegación del Gobierno para manifestar su desacuerdo con el Real Decreto 666, una ley que, en su opinión, amenaza no solo la salud de las mascotas, sino que también incrementa la resistencia a los antimicrobianos. Este decreto, que fue implementado el 6 de enero por el Ministerio de Agricultura, es calificado por el colectivo como "demoníaco" y perjudicial para la práctica veterinaria al imponer más trámites burocráticos y limitar la autonomía profesional.
La protesta, que forma parte de una serie de movilizaciones a nivel nacional, reunió a más de cien veterinarios, muchos de los cuales llevaban a sus animales de compañía. Con pancartas que decían "Comprometidos con el uso responsable de antimicrobianos" y "Por una profesión veterinaria digna. Por la salud de nuestros pacientes", los manifestantes expresaron su firme oposición al decreto, coreando consignas como "el decreto 666 por el culo os lo metéis".
Representantes de colegios de veterinarios, sindicatos y empresarios del sector se unieron a este acto, que refleja la preocupación de unos 3,500 veterinarios en Castilla y León. Entre las restricciones contempladas en la legislación se encuentra la prohibición en la prescripción de ciertos medicamentos y antibióticos, cuyo manejo ahora queda en manos de farmacias y otros centros de dispensación. Esta medida, en su mayoría vista como un ataque a la libertad de los veterinarios, podría resultarles complicado tratar adecuadamente a los animales, ya que obliga a utilizar tratamientos de amplio espectro.
Rufino Álamo, presidente del Colegio de Veterinarios de Valladolid, cuestionó la falta de consideración por parte del gobierno a las observaciones realizadas durante la creación de esta normativa y destacó que otros países europeos han implementado regulaciones más flexibles y efectivas. "La normativa española, en lugar de avanzar en la lucha contra la resistencia antimicrobiana, podría ocasionar resultados adversos", advirtió Álamo, haciendo hincapié en que España es líder en reducción del uso de esos fármacos en veterinaria desde 2014.
Álamo también resaltó cómo esta regulación obstaculiza el acceso a antibióticos necesarios para el tratamiento de mascotas, obligando a los veterinarios a emplear alternativas menos adecuadas, especialmente en especies pequeñas. Además, criticó la excesiva burocracia de la norma y la incertidumbre que genera entre los profesionales, quienes temen sanciones económicas desmesuradas.
El presidente del Colegio de Veterinarios también criticó que, a pesar de que llevan años luchando por que los centros veterinarios sean clasificados como "centros sanitarios" para beneficiarse de una reducción del IVA, esta ley parece no tener en cuenta el bienestar animal, afectando así a la salud pública.
Leandro Álvarez, de la Asociación de Veterinarios Empresarios de Valladolid, caracterizó el Real Decreto 666 como "demoníaco", afirmando que ha generado un clima de temor en el sector. "La normativa no solo infringe nuestra labor, sino que es una criminalización del ejercicio profesional", apuntó Álvarez, quien lamentó que la experiencia de los veterinarios sea ignorada por los políticos que legislan sin comprender el impacto real de su trabajo.
Álvarez indicó que esta normativa ya está causando estragos en explotaciones ganaderas, resultando en el sacrificio de animales, y advirtió que a largo plazo tendrá implicaciones económicas notables para los dueños de mascotas, lo que podría acentuar aún más la crisis en el sector veterinario.
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