En el panorama económico español, Castilla y León enfrenta una alarmante tendencia a la baja en el número de autónomos. Desde 2019, esta comunidad ha visto reducir su cifra en 11.740, lo que se traduce en un notable descenso del seis por ciento, según un informe de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).

A nivel nacional, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) ha experimentado un crecimiento significativo, sumando 122.114 nuevos afiliados entre junio de 2019 y junio de 2025. Este incremento se ha concentrado principalmente en tres autonomías: Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid, que juntas acaparan alrededor del 90 por ciento de los nuevos autónomos, reflejando una desigual distribución de oportunidades en el país.

Desglosando estos datos, Andalucía destaca como líder indiscutible en el aumento de autónomos, con un total de 110.172 nuevos emprendedores, seguido por la Comunidad Valenciana con 30.434 y Madrid, que suma 30.041 autónomos, consolidándose como la provincia con mayor crecimiento. Esto pone de relieve la disparidad existente entre las distintas comunidades autónomas.

Otras regiones que han mostrado un aumento en su territorio incluyen Canarias (+17.743), Cataluña (+16.689) y Baleares (+8.607). Sin embargo, en el lado opuesto, Castilla y León se encuentra sola en su caída, con Galicia en segundo lugar, perdiendo 6.758 autónomos, y el País Vasco en tercer lugar con una disminución de 6.247.

La situación es preocupante y evidencia la necesidad de crear políticas más efectivas que fomenten el emprendimiento en comunidades con cifras de desempleo y pérdida de autónomos, como es el caso de Castilla y León, que ha experimentado, desde 2019, una reducción acumulada que destaca la urgencia de abordar los problemas estructurales de esta región.